Reciben en el despacho. Coordinan en la sombra. Crean empleo. Ofrecen ayuda sin pedir nada a cambio. Terminan la jornada sin mirar por su horario. En medio, el fuego cruzado de la vida que, gracias a ellos, quema algo menos y se hace más extinguible. Reconocer a los que merecen el reconocimiento siempre es una hoja de ruta lógica y la corriente natural del nuevo Ejecutivo bipartito, así se dejó claro desde el minuto, es no tocar lo que sí funciona. En esta categoría entra la celebración de ayer, sintetizada en el leitmotiv de «Banderas de Andalucía». La Junta entregó sus premios anuales que reparte con motivo de la celebración del 28F, que es el día de la autoestima andaluza, y que brindó el contexto para reconocer la labor y el trabajo realizado de distintas personas e instituciones de la provincia de Málaga. Fue una celebración de gala en el salón de actos de la Facultad de Trabajo Social. Estreno para premiados y estreno también para los anfitriones. Después de muchos años de monocolor, la carta de invitación tenía como emisor a alguien del PP, el presidente de la Junta, Juanma Moreno. En el siguiente orden, se distinguieron a las personas e instituciones que se hicieron merecedores de admiración sincera y aplausos. A su manera, cada uno, una pieza más dentro de ese engranaje que permitió al consejero de Presidencia, Elías Bendodo, hablar abiertamente de Málaga como de una provincia que nunca debe minusvalorarse: La Asociación de Empresarios de Playas de la Provincia de Málaga (AEPLAYAS), Javier Otxoa (a título póstumo), la Asociación Española de Tropicales, Irene Estévez Hernández, la Asociación de Mujeres Operadas de cáncer de mama (ASAMMA), Antonio Marcos Naz, la Asociación de Discapacitados Psíquicos de Antequera (ADIPA) y el centro de pruebas de DEKRA.

La entrega de premios estuvo presidida por la delegada de la Junta en Málaga, Patricia Navarro, que representó, junto a Bendodo, la alta representación por parte del PP. Asistieron, también, el consejero de Educación, Javier Imbroda, el presidente de la Diputación, Francisco Salado, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. En su discurso, Bendodo agradeció el camino recorrido por los premiados, elevando la terna a «ejemplo de lo mejor que puede ofrecer Málaga». «Estoy convencido de que cualquier reconocimiento es poco para personas, empresas y asociaciones comprometidas con esta tierra y cuya trayectoria merece la admiración de todos nosotros», resumió.

Bendodo no desaprovechó la ocasión para lanzar algunos mensajes en clave política. Fiel a lo escuchado hasta el momento, insistió en el concepto del «gobierno del cambio». Entre los políticos se asumen tanto los mensajes, que ya salen en da igual que ocasión y con total naturalidad. Según explicó Bendodo, este «gobierno del cambio» equivale y representa el sinónimo de eficacia frente a la dejadez constatada del gobierno saliente. Así, resaltó que en el poco tiempo que llevan obrando las nuevas caras en la Junta, ya se han dado pasos en firme para «llevar el metro hasta el PTA» y para «avanzar en el tercer hospital».

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La Junta entrega sus premios con motivo del Día de Andalucía

Por otra parte, con la vorágine electoral a la vuelta de la esquina, con toda la carga dialéctica que se nos viene encima, Bendodo interpeló a todas las partes implicadas, o sea partidos, a que trabajen para «abstraer la gestión de la Junta del ruido electoral». Será difícil, sin duda. Imposible, eso seguro, acercarse al clima de cordialidad y consenso que se ofreció ayer. Hubo también una variedad de caras conocidas del PSOE en el salón de actos. Asistieron, entre otros, el secretario general del PSOE de Málaga, José Luis Ruiz Espejo, y los parlamentarios Francisco Conejo y Javier Carnero.

Puesto en pie, el auditorio disfrutó de la interpretación del himno de Andalucía, cantado por Rocío Alba. Al piano, Javier Tapia.