Shovel se hace mayor. La investigación sobre las actividades en la Costa del Sol del clan irlandés liderado por Cristopher Kinahan sigue enredada casi nueve años después de que se practicaran más de treinta detenciones simultáneas en España, Reino Unido e Irlanda por asuntos tan graves como tráfico de drogas, tráfico de armas, blanqueo de capitales y asociación ilícita. Descartados los dos primeros delitos por los que esta organización es conocida en su país, el Juzgado de Instrucción número 3 Estepona sigue luchando por sobrevivir a la burocracia internacional, ya que las diligencias de la Policía Nacional señalaron más de 200 mercantiles en la Costa del Sol y otros veinte países del mundo como Brasil, donde los investigadores sospechan que la red poseía entonces complejos turísticos valorados en alrededor de 500 millones de euros. El mapamundi que la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) dibujó en el sumario sobre las actividades internacionales de la organización se ha convertido en un auténtico rompecabezas judicial.

El trabajo policial detectó intereses inmobiliarios en Libia o China, aunque las ramificaciones pasaban por Bélgica, Panamá, Grecia, varias islas del Caribe, Vanuatu, Anguila, Islas Caimán, Estados Unidos, Gibraltar, Sudáfrica, Dubai, Suiza, Liechtenstein y Letonia, muchos de ellos paraísos fiscales. Si hasta no hace mucho el proceso se atascó tras recibir el juzgado una montaña de documentos desde Chipre escritos en griego que ya han sido traducidos, fuentes judiciales reconocen que «la instrucción sigue arrastrando muchas complicaciones». Actualmente, el juez está pendiente de una comisión rogatoria trasladada a las autoridades irlandesas para obtener información sobre los investigados, aunque todavía no ha obtenido respuesta.

La instrucción suma ya el doble de años que la de Malaya -ya juzgado- y se pone a la altura de Hidalgo o Astapa, todas consideradas macrocausas. Y no parece que el juicio esté cerca. Las fuentes añaden que está pendiente la aprobación de una prórroga del plazo de instrucción que, «seguramente», acabarán recurriendo las defensas. Durante este tiempo, al padrino irlandés le ha dado tiempo a poner en venta la lujosa vivienda de Estepona en la que fue detenido el 25 de mayo de 2010. Una conocida web de compraventa de casas la anunció en 2016 por 600.000 euros.

Durante estos años, los Kinahan y sus principales colaboradores no han pasado precisamente desapercibidos. El asesinato en Mijas en septiembre de 2015 de Gary Hutch, que de hombre de confianza del clan pasó a ser considerado un traidor, provocó una derramamiento de sangre en Dublín que suma ya casi veinte muertos. La policía irlandesa achaca la guerra a los irreconciliables Cristopher y Gerry Hutch, tío de Gary y considerado, entre otras cosas, uno de los atracadores más importantes de la historia de su país. Las autoridades dan por hecho que el brutal asalto al hotel Regency de Dublín de hace tres años en el que murió un hombre de los Kinahan fue la forma de vengar a Gary. Seis sicarios irrumpieron con fusiles AK-47 en una sala donde se estaban pesando los boxeadores que al día siguiente iban a participar en la velada de boxeo Choque de Titanes. Uno de los púgiles era Jamie Kavanagh, representado por los Kinahan y vástago de Gerard 'Hacha' Kavanagh, otro hijo de Irlanda que en septiembre de 2014 murió acribillado en un pub de Marbella por dos encapuchados que nunca han sido identificados. El incidente del Regency conmocionó a la sociedad irlandesa hasta el punto de que la Garda y la Boxing Union of Ireland impidieron que el promotor del evento, un gimnasio con sede en Puerto Banús, organizara combates en su país hasta que la seguridad estuviera garantizada en los mismos.

En agosto de 2014, Jamie Moore, un importante excampeón de Europa del peso medio que se encontraba en Marbella para entrenar a un púgil vinculado a los Kinahan, recibió dos tiros en Estepona cuando salía de casa de sus jefes. Sin embargo, el rastro de sangre en torno a esta familia en la Costa del Sol ha cumplido ya la década. El 4 de febrero de 2008, Paddy Doyle murió en Estepona a los 28 años tras ser acribillado por unos sicarios cuando viajaba en un todoterreno acompañado por dos amigos: el malogrado Gary Hutch y Freddie Thompson, que actualmente cumple cadena perpetua por uno de los asesinatos de la guerra callejera de Dublín. Los nombres de ambos figuran en el sumario de Shovel.