Los padres del pequeño Julen, José Roselló y Vicky García, tuvieron que ser asistidos y tomar algún fármaco tranquilizante durante su declaración como testigos ante la juez que instruye la causa abierta a raíz de la muerte de su hijo, María Elena Sancho.

Este lunes, pasadas las 11 de la mañana, ambos acudían a la Ciudad de la Justicia para prestar su testimonio ante la titular del Juzgado de Instrucción número 9, al igual que estaba citada también como testigo Adriana, pareja sentimental del propietario de la finca donde ocurrieron los hechos y prima de José. Los tres declinaban atender a decenas de periodistas y reporteros gráficos tanto a la entrada como a la salida de los juzgados.

Sí que tomó la palabra la representante legal de los progenitores, Antonia Barba, para remarcar que no ofrecería detalles sobre los hechos que se investigan. «Los padres podéis imaginar cómo se encuentran después de haber perdido a su hijo. Han pasado unos momentos muy duros al tener que revivir todo aquello», expresó.

Durante la declaración, José y Vicky ratificaron «muy abatidos» el testimonio que prestaron ante la Guardia Civil, si bien concretaron la «ubicación exacta» de algunos elementos del entorno en el día de los hechos, el 13 de enero pasado, como la situación de las mesas y del pozo, así como «qué había o qué dejaba de haber» en la zona, detalles que la abogada de los progenitores no especificó por respeto a la instrucción.

La letrada afirmó que las declaraciones fueron «bastante precisas» e insistió en que sus representados tuvieron que sacar «fuerzas para poder ayudar a que se puedan esclarecer los hechos».

Al ser preguntada si la declaración fue en la misma línea de su testimonio ante la Guardia Civil se encargó de despejar cualquier supuesta duda sobre la integridad de ambos: «Son unas personas que no mienten, no tienen por qué hacer una declaración distinta». Y a renglón seguido solicitó «respeto para la familia en las redes sociales, porque lo único que quieren es poder tener un duelo tranquilo».

Fuentes judiciales reconocen que esta serie de declaraciones son vitales para poder decidir posteriormente la posible responsabilidad y si el pozo estaba cerrado o no, extremo que de momento no han podido aclarar los testimonios tomados este lunes.

También se reafirmó en su declaración la pareja del dueño del terreno y prima del padre del pequeño, que recordó que vio medio cuerpo del niño y cómo desaparecía al caer en el pozo, según matizó el abogado Antonio Flores, representante de David Serrano, propietario de la finca y hasta la fecha único investigado en el caso.

Precisamente el pasado viernes, en su declaración ante la juez como investigado por un delito de homicidio imprudente, Serrano alegó que era imprevisible la caída de Julen, que valoró el peligro y por ello puso dos bloques de hormigón, pero en ningún caso pensó que alguien pudiera caer. Justo lo que ya había argumentado inicialmente ante los investigadores de la Guardia Civil.

El cuerpo del pequeño fue rescatado del interior del pozo al que cayó el sábado 26 de enero, justo 13 días después de que se alertara de su desaparición y de que se estableciera un dispositivo de búsqueda inédito, con la participación de más de 300 personas.