Quizás algún lector se me haya anticipado en comentar lo que la preclara vicepresidenta del actual Gobierno de España y ministra de Relaciones con las Cortes doña Carmen Calvo Poyato ha manifestado sobre la necesidad de feminizar el texto de la Constitución Española aprobada en referéndum en 1978 por la mayoría española.

El referéndum se celebró el 6 de diciembre y entró en vigor el día 29 del mismo mes de diciembre. Creo que meter mano a la Constitución, repito, aprobada en referéndum, es obligado o preceptivo de un referéndum de todos los españoles y no matizo españolas porque cuando empecé a estudiar en el Colegio de los Maristas en 1934, aparte de oír hablar a mis padres, me enseñaron que no es necesario poner en femenino lo que está en masculino porque es extensivo a todos, hombres y mujeres. Con decir o escribir españoles es suficiente.

Pretender o abanderar la campaña por la femineidad de lenguaje supone el desconocimiento de la lengua española.

Antes de continuar voy a explicar lo de meter mano a la Constitución; lo escribo en el sentido de incluir, agregar, eliminar, modificar€ algunos de los conceptos de la Carta Magna en vigor. En Málaga meter mano un hombre a una mujer o una mujer a un hombre es otra cosa. Esta definición no está en el diccionario de la RAE, pero sí en nuestro vocabulario popular.

La Constitución

Aunque la Constitución la leí cuando se sometió a referéndum y aprobaron millones de españoles (según se ha publicado no hace mucho en Cataluña el sí fue abrumador), ahora, con tantas alusiones que hay que cambiar, modernizar, actualizar€ lo que une a la mayoría de los españoles, en lugar de perder el tiempo en leer las declaraciones que hacen a diario los políticos, los politiquillos, los osados, los cabreados, los trepas, los salvadores de la Patria, los del cambio y del recambio€ me he puesto a leer la Constitución para detectar los brotes machistas y los desprecios a la población femenina.

En el Preámbulo leo «proteger a todos los españoles». Para contentar al personal femenino habrá que agregar «y las españolas».

En la parte Dogmática se alude a «los españoles y extranjeros». Segunda corrección, «españolas y extranjeras».

En Estado Social aparece la frase «igualdad y libertad del individuo». Para satisfacer a un sector feminista hay que agregar a individuo «individua», aunque la RAE en la segunda acepción de Individuo/Individua reza así: «Despectivo. Coloquial: Persona considerada despreciable o poco digna de respeto».

Más adelante: «La participación del ciudadano€». Hay que añadir ciudadana para que se sientan contentas algunas mujeres. A otras les importa un pimiento.

Al llegar a la Monarquía Parlamentaria, el texto dice «El Rey es el jefe del Estado». Falta la Reina y cuando se cita al Rey Menor no se contempla lo de Reina Menor. Otro fallo a corregir€ en un referéndum, claro.

En el Capítulo I, entre otras correcciones a llevar a cabo para la igualdad de sexos, en el artículo 11 hay que modificar lo de «Ningún español de origen podrá...». Falta española; en el 12, «Los españoles serán mayores de edad a los 18 años». Hay que rectificar: agregar españolas. En el artículo 13 «Los extranjeros€», también hay que agregar el femenino, no se vaya a enfadar una alemana o una inglesa; artículo 23, «Los ciudadanos tienen derecho», ¿y las ciudadanas? Artículo 25: «El condenado a pena€». Supongo que las condenadas también podrán ser castigadas€

El artículo 27 dice que los profesores, los padres y en su caso los alumnos intervendrán€Hay que agregar al texto profesoras, madres y alumnas. En el 28 se reconoce el derecho a huelga de los trabajadores€ ¿y las mujeres no tienen ese derecho? Pues nada, se agrega lo de trabajadoras y alumnas. Aquí paz y después gloria.

Pasamos al capítulo de las Fuerzas Armadas e Institutos armados: Los miembros, dice€ ¿y las miembras qué hacemos con ellas?

«Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España»; supongo que las españolas, incluidas las catalanas y vascas, tienen los mismos derechos y obligaciones.

En el artículo relacionado con la vivienda el texto es claro, a medias, porque dice que todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna. ¿Las mujeres, no? Hay que cambiar el texto de la Constitución, no se vayan a quedar las mujeres en minoría y se queden sin una vivienda digna.

Más adelante nos encontramos con los derechos de los consumidores, por lo que quedan fuera del texto constitucional las consumidoras. ¡Con lo que consumen las mujeres que son las que van a la compra o a la plaza, como se decía antes de que hubiera diez o doce mercados públicos en Málaga!

El 66 hace referencia a las Cortes Generales, que representan al pueblo español; quizá se imponga una modificación para no malquistar a las feministas que diga «en lugar de pueblo español», nación española. Y todos contentos.

Después nos encontramos con los magistrados, los jueces y los fiscales. ¿Y las mujeres que desempeñen eso cargos qué? Al desván, al olvido, a la caseta€

Y para no cansar al lector -si ha llegado hasta aquí- la penúltima perla: El artículo 98 de nuestra Constitución reza así: El Gobierno se compondrá del Presidente, de Vicepresidentes y Ministros. ¡Toma ya!

No me imagino yo a los académicos de la lengua (de la A a la Z, mayúsculas, y de la a a la z, minúsculas ) en sus sillones feminazando el texto de la Constitución sabiendo que para aprobarlo tiene que convocarse un referéndum. En el caso hipotético que lo hagan, al final quedará una Constitución muy mona con su canesú y un lacito ojo. Vamos, una gilipollez (femenino vulgar «dicho o hecho propio de un gilipollas»); gilipollas (adjetivo vulgar «tonto o lelo»).