Los deportes electrónicos o eSports ganan cada día más relevancia en nuestro país, donde existen unos 21 millones de aficionados, aproximadamente. Llenan estadios y eventos con espectadores, existen ligas, equipos profesionales, espacios públicos donde entrenar y muchos jugadores que se ganan la vida, y el sueldo, mientras que juegan a videojuegos con personas de todo el mundo.

Pero a pesar de todo, sigue siendo un sector muy masculinizado. Y no porque no existan mujeres interesadas en los videojuegos, ya que, según los últimos datos de la agencia Play The Game, de todos los jugadores que existen en España, el 44% del total son mujeres. Además, cada vez hay más mujeres jugadoras y más creadoras de videojuegos en el sector aunque la presencia en la escena competitiva de los eSports sigue siendo escasa.

Según la agencia especializada en videojuegos, eSports y nuevas tecnologías, las mujeres representan el 37% de la comunidad de League of Legends en España, una de las ligas más famosas del país. El 36% en el World of Warcraft, el 45% en la liga de Pokemon, un 30% en Call of Duty y un 27% en el FIFA. Solo la discriminación, el ciberacoso, lo insultos y el machismo que inundan los estas partidas -y que denuncian muchas jugadoras- explican por qué las mujeres siguen siendo minoría en un deporte en el que, aparentemente, no existe restricciones de género para competir.

Pese que en Málaga destacan los Giants, uno de los equipos más fuertes a nivel nacional, actualmente no existe ninguna formación profesional de eSports que sea completamente femenina -aunque sí que lo haya a nivel nacional, como Zombies Unicorns o Amazonas Female Esport Tema-. Tampoco hay ninguna jugadora malagueña que se dedique a los videojuegos a nivel profesional.

Virgina Calvo, copropietaria del equipo Giants -que cuenta con 60 jugadores varones-, considera que este problema se trata de algo meramente «cultural» que se da en «muchos los sectores» diferentes y que irá mejorando a medida que pase el tiempo. Calvo asegura que actualmente las cosas «están cambiando», ya que existen muchas chicas, que como ella, trabajan en el mundo de los videojuegos de una forma externa e intentan que poco a poco se introduzca figuras femeninas profesionales para que sean referentes para las niñas y niños que comienzan a iniciarse en los eSports. «Es cierto que hay menos jugadoras profesionales pero creo que es algo cultural porque antes los videojuegos estaban enfocados a la práctica masculina. Hay mucho talento femenino y muchas mujeres que disfrutan de los eSports. Ahora, en el siglo XXI hay prácticamente paridad entre los niños y las niñas que juegan y tienen menos de 12 años. En un futuro tendremos más mujeres profesionales en este sector», apunta.

Sexismo y discriminación

No obstante, muchas chicas desisten de su objetivo de convertirse en profesionales porque se sienten acosadas y discriminadas por ser mujeres y jugadoras de videojuegos. Llegan incluso a evitar jugar partidas online con desconocidos, utilizan métodos para distorsionar sus voces o cambian su nombre y su foto de perfil para hacer creer a sus adversarios que son hombres, para así poder jugar tranquilas o «sin miedo»; hasta existen espacios virtuales solo para que jueguen mujeres y sentirse más protegidas.

Esto mismo comenta Daga Puñales, malagueña de 30 años que lleva desde que le regalaron su primera consola inmersa en el mundo de los eSports y de los videojuegos. Sus preferidos siempre han sido el League of Legends y el Overwhatch, dos de los juegos de rol más famosos del mercado y en los que más sexismo se denuncia. «Desde hace tiempo intento exponerme lo menos posible. Antes jugaba siempre partidas online con personas de todo el mundo pero con el tiempo te das cuenta de que puede llegar a ser un mundo muy tóxico, sobre todo si juegas a videojuegos que son gratuitos y pueden acceder quien quiere. Prefiero jugar con conocidos», señala.

A esto se suma que en muchas ocasiones Daga asegura que otros jugadores han llegado a insultarle, o a cambiar su comportamiento, cuando han sabido que con quien jugaban era una mujer. Incluso ha vivido momentos incómodos, tensos y en los que ha sentido la necesidad de justificar por qué estaba jugando. Algo que afirma «le ocurre a muchísimas compañeras». «El problema es que los hombres piensan que los videojuegos son su espacio y el resto de personas sobran. Si saben que eres mujer, todo lo que haces, lo haces mal. En otras ocasiones intentan ayudarte, adquiriendo una actitud paternalista, haciéndote creer que no sabes jugar. Es frustrante», lamenta la jugadora.

Este mismo sentimiento comparte Elena Blanes, desarrolladora de videojuegos y jugadora apasionada de este mundo desde que cumplió los nueve años y su familia le regaló la antigua Megadrive. «Ha habido jugadores que tras ganar les a alguna partido a videojuegos deportivos, como el FIFA o el PRO, han llegado a decirme que no van a volver a jugar conmigo porque no pueden permitir que les gane una mujer», sostiene, y añade que por su género muchas veces le han insultado o recomendado que no juegue. «Cuando hay insultos de por medio entra en juego tu capacidad para ignorarlos, pero llega un punto que cansan y que se hacen sin miramientos».

Blanes cree que si no existen más referentes femeninos a escala profesional en el mundo de los eSports -tanto de jugadoras como mujeres que se dedican a su creación y programación- es porque «desde pequeños nos dicen que los videojuegos son para los hombres» y porque «nosotras mismas nos damos cuenta de que existen barreras» dentro de la industria, tales como la desigualdad salarial o la diferencia en el trato dependiendo del género de la persona.

Además, considera que para una chica de 11 ó 12 años que escuche este argumento en su entorno, siempre será difícil decidir dedicarse a jugar o a trabajar en este sector, por mucho que le guste y le apasionen los videojuegos. Es más, la programadora afirma que muchas niñas pueden llegar a sentir «miedo» o «respeto» al pensar que no encajarán en «este mundo masculinizado».

Aun así, esta malagueña de 33 años tiene esperanza y opina que hoy en día la situación ha cambiado bastante de cuando ella era una cría y que se seguirá avanzando «paso a paso» en materia de igualdad, tanto en la parte lúdica de los videojuegos, como en la del parte de su creación. «Estamos trabajando y poco a poco se están rompiendo las barreras. Seremos más mujeres en este mundo», conluye.

@marinapmarquez