A pesar de que los primeros días «fueron complicados» y auguraron un periodo de rebajas con unos resultados bajos, se ha cumplido el incremento esperado gracias a las últimas semanas, según explica el presidente de la Federación de Comercio de Málaga (Fecoma), José Manuel García. «Veníamos del Black Friday y otras tantas promociones, no podemos estar en continua campaña porque hay un gasto continuo». Así explica García que aumentaran las ventas en la recta final, además de haber influido que es cuando se producen los descuentos más agresivos. Aunque no cree que ese sea el motivo porque «esperar conlleva asumir un riesgo para el consumidor y es que no consigas lo que querías». Es por ello que considera que la subida de las ventas está más relacionada con que si hay promociones constantemente y, por tanto, un gasto continuado, los consumidores se quedan sin liquidez para afrontar nuevas rebajas.

Por su parte, los productos más vendidos han sido, como es habitual, los relacionados con la moda y los complementos. «Es lo que más se aprovecha en estas fechas; pero también hay quien aprovecha para algún regalo puntual o para prevenir algún evento futuro». En cuanto al perfil del consumidor, García afirma que no ha cambiado, pero que los comercios malagueños están tratando de llegar a un público más joven a través de la venta online o lanzando ofertas desde otro tipo de canales para atraer a más público a sus negocios. «La tendencia es que las nuevas generaciones utilicen las nuevas tecnologías para informarse o hacer sus compras. y estar en ese canal es imprescindible».

Liberalización de las rebajas

A pesar de haber conseguido superar levemente las ventas, el presidente de Fecoma afirma que el problema continúa siendo la liberalización de las rebajas. «No tenemos unas rebajas reguladas, por lo que estamos continuamente con promociones y eso no es lo que necesitamos». Y es que a pesar de que para «el cliente es genial», para el comerciante «implica estar siempre en un periodo de oferta», lo cual «está provocando el cierre de muchos comercios y la proliferación de grandes firmas» que sí pueden hacer frente a esa estrategia. «El cliente se habitúa a una constante oferta y en el momento que no compran bajo promoción le genera una sensación de insatisfacción». La confianza del cliente, dice, lo es todo para el pequeño comercio y «si tienen la sensación de que el comercio es caro o no está a la altura pierdes lo más importante que tenemos», lamenta García.