La convocatoria llamaba a salir a las calles y Málaga no falló. Miles de personas se manifestaron este viernes 8 de marzo en la ciudad, unas horas en las que el morado y las pancartas cargadas de lemas contra todas las desigualdades que conviven en nuestro día a día fueron las protagonistas.

La manifestación, convocada por la plataforma 8M, que agrupa a sindicatos como UGT, CCOO y otros movimientos feministas, arrancó a las 19.00 horas desde la plaza de la Marina hacia el Paseo de los Curas cuando aún no paraban de llegar asistentes desde la calle Larios. «Ni un paso atrás en los derechos de las mujeres» era el lema que se podía leer en la cabeza de la manifestación que estuvo plagada de cánticos.

Unas 50.000 personas, según la organización, y unos 17.000 asistentes, según los datos de la Subdelegación. Lo cierto es que miles de personas se reunieron este viernes para reivindicar la igualdad y acabar con todo aquello que lastra la libertad de las mujeres en su día a día.

«Contra el patriarcado y sus violencias, ahora y siempre resistencia», «Aquí están las de la revolución», «Que no tenemos miedo, que sí tenemos rabia» o «Mi coño no se vende, mi útero no se alquila», son algunos de los cánticos que acompañaron la marcha. Sin embargo, la gran movilización se vio afectada por los problemas que tuvieron lugar durante el recorrido y que sembraron el caos en algunos momentos y propiciaron la creación de diversas cabeceras.

Según la organización, el itinerario que habían propuesto para la marcha no fue el que finalmente se llevó a cabo y que pasó del Paseo de los Curas hacia la calle Cánovas del Castillo y, de ahí, a la calle Reding en vez de al paseo Ciudad de Melilla. Ambas en obras, por lo que la policía optó por la calle Reding al ser un trayecto más recto y suponer menos peligro, según informaron los propios agentes.

Un itinerario que hizo que miles de personas tuvieran que pasar por una calle en obras y con coches aparcados y que reducía el espacio a escasos cinco metros para todos los asistentes. A partir de ese momento, la manifestación se cortó por varios puntos, sin que los asistentes supieran qué sucedía ni por qué hacían ese camino y el recorrido oficial y aledaños eran tomados por todos los asistentes que no perdían el espíritu de la causa a ritmo de cánticos. «No soy perro, a mí no se me silba», «Estamos hasta los ovarios de vuestros cojones», «Combatir el capitalismo para acabar con el patriarcado» o «Libres y combativas», son algunas de las innumerables pancartas que alzaban los manifestantes. Una cita con una gran asistencia femenina de todas las edades, pero donde también se pudieron ver a hombres, niños y familias completas que quisieron unirse a la causa.

Uno de los puntos críticos de la cita fue cuando, una vez que la cabeza de la manifestación llegaba a la intersección del Paseo del Parque con el final del paseo de la Farola, y aún continuaba saliendo gente por el paseo de los Curas. Ante esa situación, los propios asistentes acortaron hacia el Paseo del Parque y la policía cortó el cordón para que la cabecera pudiera pasar hacia el Parque donde forzaron mientras corrían para posicionarse al inicio de nuevo.

Dos horas se tardaron en alcanzar de nuevo la plaza de la Marina, donde antes de leer el manifiesto se denunció la modificación del recorrido. «El año que viene saldremos más a las calles», afirmaron.

Una vez en el escenario, tras algunas canciones para relajar la tensión y frustración que habían generado los problemas con el itinerario, las organizadoras pasaron a leer el manifiesto. Un texto con traducción simultánea en lenguaje de signos que denunciaba las desigualdades, diferencias y condiciones que vive la mujer en estos momentos. La violencia institucional, estructural y sexual, las condiciones laborales, los recortes presupuestarios en aquellas partidas que afectan de manera directa a las mujeres y «1.000 motivos más», aclamaron por «una sociedad libre de opresión». Unas palabras que llegaban a una parte minoritaria de todo lo que había concentrado el 8M por la tarde, ya que muchos asistentes optaron por continuar la marcha por el centro de la ciudad y tomaron la calle Larios para seguir su manifestación particular.

Abolir la prostitución, el porno y la gestación subrogada, fomentar la igualdad desde la Educación, regular desde el trabajo en el campo hasta la jornada doméstica y fomentar las políticas en materia de prevención y protección contra la violencia de género fueron algunos de los temas que expusieron en el escenario y que aseguraron que el año que viene retomarán con más ganas aún.

Un inicio con fuerza

La movilización por el 8M comenzó con fuerza desde el inicio del día. Las aulas quedaron prácticamente vacías en Secundaria y en la Universidad, donde el seguimiento del personal docente femenino a la huelga convocada por el Día Internacional de la Mujer se cifró en un 85%, mientras que en Primaria e institutos se calculó en un 60%.

Esta alta participación en la huelga, que se hizo notar con fuerza en muchas empresas de la provincia, como en el metro de Málaga donde el seguimiento del paro fue del 40%, permitió una notable afluencia a la concentración convocada a las 12.00 horas en la plaza de la Constitución. La Subdelegación del Gobierno calculó en unas 2.500 personas las que acudieron a este primer acto reivindicativo, convocado por el Sindicato de Estudiantes y la plataforma feminista Libres y Combativas.

También se celebraron concentraciones informativas en otras ubicaciones, como la Puerta del Hospital Materno Infantil, el edificio del Ayuntamiento en Tabacalera o la Ciudad de la Justicia.