A pesar de que en los últimos años los hombres hayan comenzado a incorporarse a las tareas domésticas y al cuidado de niños y mayores en los hogares españoles, la corresponsabilidad sigue siendo un mito lejos de la realidad. El 63% de las mujeres sigue asumiendo la labor de planificación, organización y toma de decisiones en casa, mientras que la mayoría de hombres se limitan a obedecer sus órdenes. Además, con la llegada de los hijos las faenas que desempeñan los varones suelen estar visibilizadas, reconocidas y alabadas socialmente, mientras que las mujeres siguen sumergidas en los roles de género tradicionales y encargándose, también, de «tareas invisibles», como estar pendientes de qué falta, de las citas médicas, de los requerimientos del colegio, organizar las comidas, planificar lavadoras o anticiparse a hechos. Una labor que para 3 de cada 4 mujeres supone una carga mental que puede derivar en ansiedad, estrés o en conflictos con la pareja.

Dato que aparece en un estudio reciente de la marca Procter & Gamble sobre la corresponsabilidad en los hogares, que desvela también que en España el 87% de las madres sienten que son las responsables de que todo funcione correctamente en su familia, pero solo el 44% de ellas desconoce que esta labor supone una carga mental. Algo que para la malagueña Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres, ocurre porque «existe un modelo social y cultural de mujer y de madre que no está acorde con la actualidad del siglo XXI». «Somos nosotras quienes acogemos esta carga mental porque existe una presión diaria impuesta por la sociedad para que seamos las madres perfectas, las profesionales perfectas, las mujeres perfectas sin que podamos sentirnos culpables por no llegar a todo», explica Baena.

Del mismo modo que sentencia que todavía no existe la igualdad real, Baena señala que la corresponsabilidad en España es inexistente, a pesar de que existan hombres comprometidos con la causa y «ayuden». De hecho, los hombres que han participado en el estudio mencionado anteriormente sostienen que frente a las responsabilidades domésticas todo está mucho más equilibrado de lo que ellas afirman.

Según Baena, este desacuerdo entre ambos también se atribuye a que existen, de igual modo, barreras internas en los hogares y barreras externas en el mercado laboral, que hay que derribar apostando por la conciliación «La mujer ha salido del hogar a trabajar en el mercado laboral, pero los hombres no han entrado de igual manera en las casas. Al final nosotras vivimos tres jornadas laborales: la de fuera de casa, la de casa y la mental. Lo que nos lleva a que las mujeres al final se sientan obligadas a renunciar a su carrera profesional o a la maternidad», comenta.

Por su parte, Luis Ayuso, sociólogo y experto en familia de la Universidad de Málaga, confirma que aunque está habiendo cambios en los modelos de familias, «por la incidencia de nuevas tecnologías y porque se tienen menos hijos»,la mujer sigue siendo «la principal responsable de las tareas domésticas» y sigue dedicando más «tiempo» al resto de tareas invisibles.

Un hecho, que Ayuso ha podido contrastar con su estudio 'Nuevas imágenes del cambio familiar en España'(2019), en el que comprueba que en los hogares españoles en los que la mujer trabaja fuera y el hombre permanece en casa, siguen siendo ellas las que realizan más de la mitad de las tareas domésticas. El sociólogo apunta que esto ocurre por una cuestión «cultural», pero sobre todo recalca que se debe a la falta de comunicación en la pareja, ya que el 36% de las mujeres que participaron en su estudio afirmaron que la gestión de las tareas domésticas y de las tareas invisibles son cuestiones que ni siquiera hablan con sus parejas, y el 28% lo corroboraron. «Automáticamente las mujeres se encargan de ciertas tareas y el hombre de otros sin llegar a un acuerdo ni un reparto. Es un tema cultural que viene asimilado por la educación que hemos recibido», explica.

Para combatir las desigualdades que sufren las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad tanto Baena como Ayuso coinciden en que es imprescindible comenzar por la educación de niñas y niños. «Para tener igualdad hay que aceptar que existe desigualdad. Tenemos que hacer que los hogares sean cada vez más igualitarios en todas las tareas porque los niños aprenden por imitación. Esto es un trabajo tanto de hombres como de mujeres. Las escuelas también tiene un papel fundamental para el cambio cultural. Hace falta enseñar educación emocional y tareas domésticas en las clases», detalla Ayuso. Mientras Baena concluye: «Hay que educar en corresponsabilidad, luchar por la igualdad y romper los roles tradicionales para que hombres y mujeres tengamos mismas oportunidades, tanto dentro como fuera de casa».