Unicaja Banco y la asturiana Liberbank tienen previsto presentar en próximas fechas las líneas generales con su proyecto de fusión al Banco Central Europeo (BCE), según confirmaron ayer a este periódico fuentes cercanas a la operación. Ambas entidades continúan trabajando en el proceso de la due diligence, la evaluación del negocio de los dos bancos que permitirá fijar la ecuación de canje de la futura operación, pero mientras se culmina esta auditoría de compra la intención es trasladar al organismo supervisor, con sede en Fráncfort (Alemania), los números básicos de la operación. Ya hace unas semanas se mandaron unas previsiones iniciales al BCE.

La cita, que no tiene aún fecha concreta, se prepara tras el sobresalto vivido hace dos semanas con el frustrado intento de Abanca de adquirir Liberbank mediante una posible OPA. Abanca finalmente renunció a presentar su oferta, que incluía una prima del 40% para los accionistas de Liberbank, tras la fría acogida por parte de cúpula de la entidad asturiana y las exigencias de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para que concretara con rapidez su oferta.

El camino, por tanto, se ha despejado de nuevo para una operación que Unicaja y Liberbank, presididos respectivamente por Manuel Azuaga y Manuel Menéndez, llevan meses fraguando, aunque los contactos sólo se hicieron oficiales ante la CNMV el pasado mes de diciembre.

Unicaja tiene actualmente casi 57.500 millones de euros en activos (es la octava del ranking nacional) por los 39.200 de Liberbank (undécima), lo que dibujaría un peso de cerca del 60% del banco malagueño en la fusión. De hecho, la operación se plantearía como una absorción de Liberbank por parte de Unicaja. Esta ecuación de canje, es decir, la participación de cada entidad en el grupo resultante, se elabora teniendo en cuenta diferentes factores, tales como el tamaño, los modelos IRB y otros elementos del negocio como la tracción comercial.

Según se ha venido manejando, ambos bancos plantean fusionarse sin recurrir a una ampliación de capital para afrontar los costes de reestructuración, que oscilarían entre los 300 millones y los 400 millones de euros.

La ardua negociación entre ambas entidades (ya que Liberbank pelea por que su representación no sea inferior al 45%) también atañe a la estructura de la entidad resultante, aunque el peso de Unicaja evidencia que la presidencia sería para Manuel Azuaga y que la sede social estaría en Málaga. El propio Azuaga manifestó en diciembre, poco después de conocerse las conversaciones con Unicaja, que trabajan «por supuesto» con el supuesto de que Málaga albergaría la sede de la futura fusión.

El objetivo inicial de las dos entidades sería llevar el proyecto de fusión a las juntas ordinarias de accionistas (que se celebran antes de final de abril) pero puede que no dé tiempo material a hacerlo, por lo que en ese caso tendría que presentarse en una junta extraordinaria en fechas posteriores.

Las acciones de Unicaja cerraron ayer a 0,99 euros en la Bolsa de Madrid tras perder un 1,98% mientras que las de Liberbank bajaron un 1,06% y están a 0,41 euros, en una jornada en general mala para el conjunto de la banca tras el anuncio del BCE de que aplaza la subida de los tipos de interés, en el 0% desde hace tres años.