El Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga que lleva el caso por la muerte de Julen, niño de dos años que fue rescatado sin vida en un pozo 13 días después de caer, tiene previsto tomar declaración como testigos el martes día 12 al hombre que hizo esa perforación y un ayudante; así como a la persona que realizó luego una zanja junto al talud que limita dicho agujero.

Estas comparecencias fueron solicitadas por la Fiscalía junto con la declaración de otros testigos, como los padres del pequeño y guardias civiles que intervinieron en el rescate; y también, pero como investigado, del dueño de la finca donde se encuentra el pozo, David Serrano, en este caso por un presunto delito de homicidio por imprudencia.

Serrano ha venido sosteniendo que el pozo no estaba bien cerrado y que él se puso en manos de un profesional -el pocero citado para el martes- para que le gestionara todo lo relacionado con los trámites administrativos para realizar la perforación de agua. Asimismo, declaró que tapó el día de los hechos el agujero con dos bloques de hormigón y que avisó del peligro.

Después de este, han declarado como testigos los padres de Julen. José y Victoria ratificaron lo testificado al principio ante la Guardia Civil, aunque matizando y puntualizando algunos aspectos sobre el lugar y en concreto sobre el pozo, señalando ambos, según han dicho fuentes del caso, que desconocían la ubicación de esa perforación y las características de la misma.

También han testificado ya la pareja del dueño de la finca y tres senderistas que acudieron al lugar justo después de la caída, quienes señalaron que no recuerdan si había bloques de hormigón en la zona. Faltan por comparecer, el día 13, guardias civiles especialistas y los que primero llegaron al lugar, así como Ángel García Vidal, ingeniero al frente de las obras que se realizaron para el rescate.