Si Málaga engorda cada año a ritmo de cifras rimbombantes en términos turísticos, lo cierto es que su gran arista; el escollo que deja entrever el talón de aquiles de la gran ciudad de los museos es la sanidad.

Con una población que ha aumentado en 25 años en medio millón aproximadamente, hasta sumar 1.629.000 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la provincia combate la enfermedad con prácticamente las mismas infraestructuras sanitarias que hace un cuarto de siglo. Una situación que ha hecho que la provincia se gane a pulso ser la que menos camas por habitante contabiliza de España, a lo que suma la obsolescencia tecnológica y la fuerte inversión que requiere también en estos términos.

El secretario general del Sindicato de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Málaga, Rafael González, detalla que si se toma como referencia la creación del Hospital Costa del Sol, en 1993, apenas se ha construido algún centro en la provincia, ni se han sumado camas ya que el Hospital de Antequera, con carácter municipal, que pasó a ser del Servicio Andaluz de Salud (SAS), fue un traslado al actual y no sumó más de 20 camas. Una situación similar se dio en Ronda; original de la Caja de Ronda hasta que lo adquirió el SAS, y se inauguró hace un año y medio.

El Hospital Alta Resolución de Benalmádena cuenta con 48 camas pero solo ofrece estancias de lunes a viernes y cierra la hospitalización los fines de semana, mientras que el Hospital del Valle del Guadalhorce, inaugurado en 2016, aún está a medio gas y solo tiene 26 camas. Pero ¿en qué estado se encuentran las infraestructuras que soportan el peso de la sanidad malagueña?

El secretario del Sector Salud, Sociosanitario y Dependencia de UGT Málaga, Vicente Sandoval, asegura que, en términos generales, las infraestructuras no atienden a los criterios de los centros modernos y del siglo XXI. Sin embargo, muchos tienen elementos o la ausencia de los mismos que podrían provocar un peligro real para trabajadores y pacientes.

Por orden cronológico, la infraestructura más antigua de la ciudad es el Hospital Civil que se remonta a 1862, cuando Isabel II puso la primera piedra. Sandoval asegura que es un hospital a la «antigua usanza» con una configuración para un tipo de asistencia determinada y basada en parte para Salud Mental, Ginecología... Lo cual, poco tiene que ver con las necesidades actuales. En los años 70 tuvo que ser ampliado para incluir un área quirúrgica. Sin embargo, y a diferencia del resto, el responsable sindical asegura que los anillos interiores y espacios entre pabellones ofrecen un espacio de ocio para los pacientes que apenas se tiene en cuenta en las estructuras verticales que se han construido después; algo en desuso que humaniza las instalaciones.

El Hospital Marítimo de Torremolinos, 1929, se levantó para abordar las enfermedades del torax, por su proximidad al mar, y cuando el SAS se hizo con él, ha ido ampliando sus funciones -Salud Mental, Oftalmología o Traumatología- aunque en los últimos años se ha reducido. Sin embargo, es de los que peor se mantiene en la actualidad. El pabellón 1 depende del Ministerio de Defensa y desde hace 60 años no se utiliza, está apuntalado y con prohibición de entrar por riesgo de derrumbe. El responsable de UGT asegura que, además de esa zona, el resto del centro requiere una gran inversión; un ejemplo de los últimos años ha sido el tener que subsanar filtraciones porque entraba agua en los quirófanos.

El pabellón A del Hospital Regional de Málaga data de 1956, un centro que «sobrevive» a base de «parches» y que no respeta en sus instalaciones la separación necesaria de los circuitos limpios de los sucios, o las áreas de pacientes y visitas de los profesionales.

El pabellón B (1972) es algo más moderno, similar al Hospital de La Paz, pero en el que tampoco se respeta esa separación de áreas. Además, el bloque quirúrgico, con quirófanos en la tercera y planta baja y la UVI en la segunda, apenas es posible evacuarlo en caso de que fuera necesario, según el responsable de UGT. La escalera de urgencia hace inviable sacar a algún paciente de la UVI con los medios asistenciales que requiere. Las infraestructuras actuales sitúan la UVI en la planta baja, ya que horizontalmente sí se puede trasladar a un paciente acompañado de un respirador, por ejemplo.

El Materno Infantil data de 1981 y uno de sus grandes fallos estructurales es que el sótano segundo está por debajo del nivel freático del Arroyo. Un detalle que en las inundaciones del 89 pasó factura y se inundó hasta alcanzar el agua un metro y medio. Además, esa zona alberga el centro de transformación, lo cual dejaría sin electricidad al centro en caso de verse afectado e incluso podría causar la muerte a alguien próximo si se inunda. Ante aquel episodio, se instaló un transformador de reserva en otra planta pero, en caso de que fuera necesario usarlo, no tendría capacidad para dar energía a todo el centro y habría que seleccionar, según UGT. Otro de los puntos delicados del Materno Infantil es su red de bajantes de aguas residuales; que hace un recorrido innecesario y sufre filtraciones a veces, lo que ha dado lugar a la pérdida de documentación por verse contaminada. Esto se solucionó con el traslado de los archivos de historias clínicas al Hospital Civil.

El Hospital Clínico (1989) nace para cubrir las carencias del Hospital Civil. Como anécdota, se tardó siete años en abrir una vez construido e incluso estuvo sin vigilancia, lo cual hizo que se llevaran hasta los sanitarios. Su estructura es más moderna que todo lo anterior pero es escasa; la población crece a pasos agigantados.

El Hospital Costa del Sol (1993) se presentó como un modelo nuevo; gestión privada y financiación pública, y tras unos años en funcionamiento, requería de una ampliación que ha estado parada y ha requerido de más dinero del inicial para rescatar la Junta la concesión y poder terminar las obras. El problema, según el sindicato: un diseño de hace 11 años que no responde a las necesidades actuales. Más de lo mismo. Por último, el Hospital del Valle del Guadalhorce (2016). Cuenta con la tecnología más avanzada y cumple con los requisitos actuales, dentro de los servicios que presta, sin embargo, sus grandes escollos son que aún no se ha abierto por completo y la ubicación. Construido en mitad de la campiña, los que no cuenten con vehículo propio tienen difícil el llegar a él.

Centros de salud

Los centros de Atención Primaria también se han quedado obsoletos en parte. Un ejemplo es el de El Palo, pequeño para la población que aborda. Aunque en el otro extremo está el de Churriana, con un área para Radiología, pero sin personal para poder abrirla ni servicio de Urgencias 24 horas.

Hospital Civil (1862)

Es un centro a la antigua usanza que no contempla la distribución necesaria de los hospitales actuales, sin embargo, cuenta con espacios libres y de ocio para los pacientes, algo que se olvida en las infraestructuras del siglo XXI.

Hospital Marítimo de Torremolinos (1929)

Es una estructura antigua y poco cuidada en la que hay prohibición expresa de entrar en uno de sus pabellones -el pabellón 1- por riesgo de derrumbe y se han tenido que hacer obras hace unos años por goteras en quirófanos.

Hospital Regional (1956)

Corresponde a una arquitectura de la época, poco operativa en la actualidad. La ampliación del pabellón b (1972) es algo más moderna pero ninguno de los edificios permite separación de áreas y circuitos de áreas limpias y sucias.

Matero Infantil (1981)

Contempla fallos estructurales importantes relacionados con la ubicación del transformador, la incapacidad de generar energía para todo el centro el transformador de reserva o la red de bajantes, que ha echado a perder documentación por filtraciones.

Clínico (1989)

Se construyó para suplir las carencias del Hospital Civil y presenta una estructura más moderna y acorde a la actualidad, aun así, es «escaso» e «insuficiente» para cubrir la demanda asistencial de la población.

Hospital Costa del Sol (1993)

Fue un modelo novedoso ya que cuenta con un sistema de gestión privada con capital público. Parecía capaz de atender a la población pero años después tuvo que hacer obras de ampliación que no han terminado y su diseño ya es obsoleto.

Hospital Guadalhorce (2016)

Es el más moderno en materia de infraestructuras y tecnologías, sin embargo, aún no se ha abierto por completo y sufre un gran hándicap: está en medio de la nada, lo cual dificultad que los pacientes puedan llegar hasta él.

Centros de salud

Son otras infraestructuras que en algunos casos se han quedado pequeñas y obsoletas, como es el caso del centro de salud de El Palo. Aunque al otro lado de la balanza está el de Churriana, con recursos novedosos, aunque sin utilizar por falta de personal.