Conseguir conciliar la vida laboral, familiar y personal sigue siendo la asignatura pendiente de nuestro país. Todavía, según las encuestas del Club de Malasmadres, 6 de cada 10 mujeres se ven obligadas a renunciar a su carrera profesional por no poder compaginar sus horarios con el cuidado de sus hijos. Además, muchas mujeres atrasan el momento de ser madres, o directamente deciden no serlo, porque saben que puede repercutir directamente en sus trabajos. Algo que en esta sociedad raramente le ocurre a los hombres.

Ana Cortés, malagueña de 35 años, confiesa que antes de quedarse embarazada jamás pensó que se vería en esta disyuntiva. «Pensaba que todo sería más fácil y que podría seguir siendo la misma profesional que era y compaginarlo con el cuidado de mi hija y las tareas domésticas», confiesa. Pero la realidad fue otra: «Estuve de baja seis meses tras el nacimiento de mi hija y decidí volver al trabajo. Fue duro porque de repente sientes que no llegas a hacer nada correcto. Me planteé dejarlo», comenta un año después de vivir esta situación. Finalmente, Cortés siguió en su trabajo pero con una reducción de jornada y la ayuda fundamental de sus familiares y su pareja han sido decisivas. «Trabajo menos, cobro menos. Nos organizamos entre todos pero tú sigues siendo la madre y la que tienes que tomar todas las decisiones», señala.

En este sentido, Laura Baena, presidenta del Club Malasmadres, es clara: «La reducción de jornada no es una medida efectiva sino que penaliza a las mujeres cuando son madres porque las aleja del mercado laboral».

Según la malagueña, ninguna mujer debería de renunciar ni a ser madre por seguir con su carrera, ni renunciar a su carrera por ser madre. Por eso, apuesta por que se creen medidas efectivas que abarquen todos los ámbitos, desde el familiar al empresarial para conseguir igualdad. «Necesitamos leyes hechas por el gobierno como los permisos igualitarios intransferibles, la universalización de las escuelas infantiles de 0 a 3 años, entre otras. Esto puede hacer que la mujer cuando llegue al mercado laboral y sea madre, no sea tan difícil mantenerlo y tenga que renunciar».