El aceite de oliva virgen extra, uno de los grandes embajadores de la dieta mediterránea, es el protagonista de un estudio pionero por parte de un grupo de investigación multidisciplinar de la Universidad de Málaga (UMA) y el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA). Un trabajo que se centra en averiguar las sinergias que producen ciertas sustancias antioxidantes presentes en este producto conocido como oro líquido y su posible relación en la reducción de problemas cardiovasculares en la población con diabetes.

Al frente de este proyecto bajo el nombre «Efecto sinérgico de compuestos fenólicos del aceite de oliva sobre la inflamación vascular en diabetes» se encuentran los investigadores de la UMA José Antonio González Correa y José Pedro de la Cruz que dirigen un equipo que consta de 10 personas en los que hay también profesionales del Sistema Andaluz de Salud e investigadores de otras áreas y del Instituto de la Grasa de Sevilla-instituto de investigación perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Todos ellos inmersos en la comprobación de la sinergia de ciertos componentes del aceite oliva virgen extra, en concreto varios polifelones que lo componen, ya que podrían ser los verdaderos protagonistas de las propiedades saludables a nivel cardiovascular que ofrece este producto, al incrementar sus efectos, y que podrían reducir la aparición de infartos agudos de miocardio, accidentes cerebro vasculares y claudicación intermitente entre la población diabética, la más propensa a sufrir estos episodios. «Si conocemos el efecto luego podría ser combinado a nivel terapéutico», explica José Antonio González. Un estudio que trabaja con los polifenoles oleocanthal, tirosol y el 3 4 hidrosifenillicol, todos ellos caracterizados por sus propiedades antioxidantes.

El programa, respaldado por la Fundación Progreso y Salud de la Junta de Andalucía, ya lleva un año y está culminando la fase experimental con el estudio del comportamiento de los polifenoles en ratas con diabetes. Una vez que finalice el estudio básico, comenzará el ensayo clínico en personas y para 2021 esperan tener los resultados finales sobre la mesa. Un ensayo que se llevará a cabo entre dos poblaciones: una población de control sin patología y otra con diabetes tipo II.

¿Cuánto hay que consumir?

«Nosotros prevemos que como ideal para hablar de un consumo saludable a nivel cardiovascular harían falta unos 50 mililitros de aceite de oliva virgen extra», señala el investigador. Una tostada de aceite por la mañana generosa y algo más como una ensalada sería lo óptimo para alcanzar los objetivos.Siempre crudo, ya que si se manipula puede que las propiedades varíen, según los expertos. «No es algo descabellado, la Organización Mundial de la Salud recomienda 40 mililitros al día siempre que evites otro tipo de grasas», matiza. Aunque este consumo estaría recomendado para toda la población, el estudio está centrado en las personas que sufren diabetes de tipo I y II ya que es la población con mayor riesgo cardiovascular. «La diabetes se va a convertir en una pandemia, sobre todo la tipo II, por no hacer deporte, comer mal y estar tanto tiempo sentados», apunta.

Los inicios de este proyecto se remontan a hace diez años cuando los investigadores comenzaron a trabajar de manera conjunta con el Instituto de la Grasa de Sevilla. La colaboración se ha mantenido en el tiempo y años atrás ha dado pie a numerosas publicaciones sobre el hidroxitirisol, un polifenol del aceite de oliva virgen extra que se ha convertido en el origen del proyecto actual. Una vez culminado el programa en 2021, tras cuatro años de trabajo, si todo transcurre como el equipo espera, el siguiente paso sería crear un aceite específico en el que se potenciara los compuestos que trabajan en la actualidad y desarrollar al máximo sus propiedades para reducir los problemas cardiovasculares, en colaboración con el Instituto de la Grasa de Sevilla.