Uno de los debates eternos sobre la economía malagueña es que depende en exceso del sector servicios, la industria agroalimentaria y la construcción. Los políticos y los empresarios reunidos en la Tertulia del Cantarrana creen necesario diversificar ese modelo productivo, aunque sin renegar, como pide el presidente de los hosteleros, Javier Frutos, del turismo. En ese debate, se enmarca el intento del alcalde malagueño, Francisco de la Torre, por traer a Málaga una fábrica de automóviles, una gestión que desveló en este foro y que hizo con Toyota a través de Fujitsu, que es proveedora, entre otras, de esa compañía.

«Yo he luchado por traer una fábrica de coches a Málaga, no arrojo la toalla, no es fácil porque estamos fuera del mercado europeo, estamos de cara al mercado africano, sobre todo en África Occidental», señaló. «Ha habido un no, lo planteé a Toyota en su momento, al cuartel general en Europa, que está en Bruselas; le planteé la necesidad a través de Fujitsu, que es proveedor de Toyota y Honda. Por vía de esa conexión, traté de que empezaran a estudiar el tema, pero estaban en un momento en el que tenían más capacidad de sus fábricas en el mundo que la demanda que tenían», declaró el regidor, quien destaca que esta compañía tiene presencia en Turquía y otros países de Europa del Este, además de en el Sur de África. «Dejé el mensaje».

Incluso, De la Torre explicó que tenía un terreno «para hacer una zona franca ligada al Puerto», todo ello «con la motivación de poner un elemento de conexión ferroviaria buscando un elemento motor, pero bueno, no hay que arrojar la toalla». Igual que en este sector, dijo, en cualquier aspecto de las nuevas industrias como el diseño o los videojuegos; María Gámez, subdelegada del Gobierno, habló del audiovisual.

La discusión sobre el modelo productivo surge después de que Frutos señalara: «Muchas veces hablamos del turismo como renegando; el turismo, al final, en Málaga capital lo usa de marca la Costa del Sol; la ciudad de los museos ha pasado a la Costa del Sol, es una marca propia y reconocido; el turismo debe ser un escaparate para otra industria, dar pie a la tecnología dentro del PTA». «Se toma como una industria anquilosada, antigua, es todo lo contrario; en los nuevos empresarios turísticos, la última tecnología ha entrado sí o sí». Destacó el papel de Sabor a Málaga. «Falta concienciación en el ciudadano de a pie», y recordó que uno de cada tres residentes en Málaga tiene a alguien de su entorno trabajando en la hostelería. «Deberíamos estar orgullosos de tener una industria como el turismo aquí». Natalia Sánchez, secretaria general de la CEM, recordó que estos empresarios quieren «denominarse industria turística» y Jerónimo Pérez Casero, presidente de la Cámara de Comercio, destacó: «Nosotros reconocemos el valor del turismo para esta ciudad, como reconocemos el valor del turismo en todos los países de nuestro entorno, que nos imitan. Cada vez se le presta más atención al turismo. Pero lo que decimos es que hay que diversificar un poco la actividad en todos los sentidos, aquí nos hemos quedado cortos en actividad industrial, que no necesariamente crea mucho empleo, no van a ser altos hornos ni grandes siderurgias, pero sí crean un empleo de calidad, importante, que necesita profesionales cualificados y que evita que la gente se vaya fuera de Málaga».

El presidente de la Diputación precisó: «Estoy acostumbrado a escuchar en el debate político lo del cambio de modelo productivo; si el modelo productivo está funcionando, lo que tenemos que hacer es que sea cada vez más excelente, el turismo, sel sector agroalimentario, las nuevas tecnologías; hemos de diversificar algo, pero no cambiar». Gámez abogó por complementar, no por cambiar, aunque advirtió de que este modelo no es capaz «de absorber nuestro de desempleo, ni es de calidad el empleo en todos los casos».