Aunque parezca un guión de cine de Rafael Azcona, la escena es real. Ocurrió hace poco, cuando falleció una vecina y el féretro tuvo que esquivar mesas, sillas, motos y coches que bloqueaban la entrada a su bloque.

Y no sólo ataúdes: María Victoria Pintor, vecina de este bloque de la calle Caballero de las Doncellas asomado a la carretera de Almería, explica que como la ambulancia no puede acceder, debe aparcar detrás de los contenedores, «y muchas personas mayores tienen que salir por los huecos, en carrito; es una pena ver a una personas mayor liada en un sábana por en medio de la carretera», cuenta.

Cecilio Gómez, marido de María Victoria, explica además que una furgoneta «está aparcada a todas horas aquí y se queda ahí, perenne, ya sea en Semana Santa. Cecilio recuerda que, «en teoría, no se puede aparcar en medio de la calle».

Los vecinos quieren que el Ayuntamiento les solucione este incordio con la ampliación unos metros de la vecina plaza peatonal, conocida como la del Chanquete.

Cecilio solo pide que se nivele con la plaza un tramo «de seis metros» de la vía que hay delante del bloque. «Con eso nos daríamos con un canto en los dientes», subraya.

La presidenta de la Asociación de Vecinos de Málaga, Mercedes Pires, va más allá y cree que el Consistorio debería aprovechar y nivelar todo este carril, «para que pudiéramos tener una gran plaza»,

Como hay un taller de motos delante del carril, la presidenta vecinal propone que se semipeatonalice para que los vehículos puedan seguir entrando en el taller.

«Los técnicos son los que deben pensar qué se puede hacer aquí», destaca Falele Rodríguez, de la asociación de vecinos.

Mercedes Pires aprovecha para pedir que se embellezcan con macetones o algún otro tipo de mobiliario tanto la calle Caballero de las Doncellas como la vecina calle Caballero del Bosque, las dos sin salida.

Pero además, a los vecinos les preocupa el mal estado de la plaza del Chanquete: «Está dejada de la mano de Dios», sentencia Dolores Romero, una vecina.

La presidenta vecinal llama la atención sobre los alcorques atiborrados de colillas «desde hace años». «Son rejillas de las que se levantan y se limpian, pero no se limpian».

También deplora los alcorques vacíos, y el estado esquelético de algunos naranjos, por lo que considera «falta de mantenimiento». «Podrían estar espectaculares y le darían a la plaza una apariencia estupenda», considera.

El inseguro parque infantil

También llama la atención sobre los bancos despintados, pero lo que más le preocupa es la falta de seguridad del parque infantil, pegado a la rugiente carretera de Almería.

«Al parque le hace falta una puerta porque los niños salen volando a la carretera y es un peligro», resalta.