Tras años de incomprensión mutua, cuando no de enfrentamiento directo, entre el Ayuntamiento de Málaga y la Consejería de Fomento la entrada del PP en la Junta de Andalucía está permitiendo desbloquear los temas pendientes de la ciudad. El encuentro entre el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y la nueva consejera de Fomento, Marifrán Carazo, ha abierto la puerta a llegar a acuerdos que estén más en la línea de lo que pide el Ayuntamiento.

Este primer encuentro ha sido cordial, de toma de contacto para conocer el estado de cuatro grandes proyectos, como son mejorar los accesos al PTA, llevar también el metro, la construcción de carriles-bici y dar por cerrado el fracasado proyecto de las tecnocasas, que tiene bloqueados más de un centenar de solares del Centro de Málaga. Sin embargo, fue una reunión de algo más que para hacerse la foto. La consejera acudió acompañada de la plana mayor de la Consejería, como son el gerente de Obras Públicas, Julio Caballero; el secretario general de Infraestructuras, Andrés Gutiérrez Istria; el director de Movilidad, Mario Muñoz-Atanet; y la delegada de Fomento en Málaga, Carmen Casero. El alcalde, por su parte, estuvo acompañado por los concejales de Movilidad y Urbanismo, Elvira Maeso y Francisco Pomares; el gerente de la EMT y directivos de Movilidad y Urbanismo.

Es verdad que no hubo grandes acuerdos ni se cerraron proyectos, pero ha servido al equipo directivo de la Consejería de Fomento para conocer el estado de estos proyectos y reorganizar las prioridades de trabajo de la administración andaluza. Sin embargo, lo más importante a nivel local, es que el alcalde de Málaga ha encontrado quién le escuche. Tras una relación más que tensa y complicada con los anteriores consejeros, el primer encuentro de máximo nivel se produce apenas dos meses después de la toma de posesión del nuevo Gobierno. Y lo ha hecho con la intención de que sea algo más que un encuentro de cortesía. Los nuevos vientos de la Consejería de Fomento soplan a favor de De la Torre.