El BIC Euronova, la incubadora de empresas innovadoras situada en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) y la más veterana de toda la provincia de Málaga, cumple 27 años de fértil actividad. Más de 430 firmas se han alojado en sus instalaciones, creando o manteniendo más de 4.950 puestos de trabajo de alta cualificación. El BIC, que también ha asesorado 4.400 proyectos de emprendedores, ha sido cantera de compañías como Aertec, Ingenia o Arelance, hoy entre las más relevantes de la tecnópolis, y de muchas otras que han continuado su exitosa trayectoria fuera del recinto del PTA, como Sequel o ICCS. El director general del BIC Euronova, Álvaro Simón de Blas, destaca que casi el 80% de las firmas tutorizadas en este centro sobrevive y destaca que el perfil de proyectos que buscan no es el de proyectos de autoempleo sino el de negocios con potencial para crecer y generar muchos puestos de trabajo.

El hecho de que ocho de cada diez empresas que salen del BIC Euronova sobreviva parece un buen síntoma ¿Qué perfil sectorial presentan estas firmas?

Es una dato exitoso, dado que en España la tasa de supervivencia a de las empresas a nivel general es del 50% y, en el caso de la empresas innovadoras o de base tecnológica, del 25%. Nosotros hacemos un seguimiento a las empresas que salen del BIC durante los dos años siguientes a dejar instalaciones, por lo que tenemos muy controlada su trayectoria. Por sectores, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son el hilo transversal de todas ellas, algo lógico porque estamos en el Parque Tecnológico y hay un gran caldo de cultivo. En torno a un 25% de las empresas del PTA (y hay ya más de 600) han pasado por el BIC Euronova. Y hay algunas que también nacieron aquí aunque han acabado fuera del parque, caso de Ebury o Sequel.

El BIC actúa como una especie de colegio mayor donde en lugar de estudiantes conviven jóvenes empresas del campo de la innovación, ¿acuden ellos al centro o son ustedes quienes va a reclutarlas?

Depende, hubo un momento, en los primeros años del PTA donde teníamos cola para entrar, porque además había poca oferta de incubación. Luego llegó la burbuja de las punto.com y después la crisis donde tuvimos que ir a buscarlas. Ahora estamos en una situación mixta: hay mucha demanda pero también nosotros vamos a buscarlas, sobre todo porque queremos proyectos con potencial de crecimiento para crear mucho empleo, no negocios donde el emprendedor aspira sólo a su autoempleo.

O sea, que puedan en un futuro aspirar a convertirse en medianas o grandes empresas.

Exacto, son startups que deben pasar de diez empleados para ir dando saltos cualitativos, como hicieron en su momento Aertec o Arelance. Pero proyectos de ese tipo no hay tantos, es complicado encontrarlos, y no sólo es un problema de Málaga o Andalucía, sino de España en general. Si comparas, por ejemplo, el tamaño de las empresas españolas y de las alemanas ven una diferencia significativa. Se necesitan líderes empresariales que arriesguen para crecer y luego un entorno que favorezca. En el BIC queremos crear ese entorno, por eso no estamos sólo abiertos a emprendedores locales sino también a extranjeros. De hecho, la empresa más grande que hay ahora mismo en el BIC es una holandesa, Summa, que tiene más de 50 empleados y se dedica a generar programas de apoyo a firmas europeas de telefonía.

Es el problema que siempre se le ha achacado al tejido empresarial español o malagueño, donde el 90% son microempresas que no llegan a los diez empleados ¿Qué nos falta para dar ese salto de dimensión?

Quizá hay una mentalidad de «yo me lo guiso, yo me lo como» que puede ser negativa. Lo importante en una empresa es aspirar a ser global. Donde mejor se hace eso es en Estados Unidos. Si vas a Silicon Valley ves que su meta son siempre son los mercados globales. Esa mentalidad aquí no está tan extendida aunque poco a poco va tomando fuerza. A eso tenemos que aspirar, sin menospreciar por supuesto la creación de empresas de nichos de mercado. Pero lo cierto es que la combinación de empresa grande-pequeña hay que equilibrarla un poco más.

¿Qué nivel de ocupación presenta ahora el BIC?

Estamos en el 94%, con peticiones también de ampliar espacio por parte de empresas actualmente instaladas. Es un nivel histórico que no recordamos desde antes de la crisis de las punto.com. Estamos muy contentos, enfocando también la actividad hacia el exterior. Hemos lanzado un call a nivel internacional y tenemos ya once proyectos de países candidatos como Tanzania, India o Azerbaiyán que se quieren venir a Málaga. Es un buen síntoma de todo lo que estamos comentando.

¿Percibe que hay mayor cultura emprendedora entre los jóvenes?

Creo que sí. Antes, cuando preguntaba en la Universidad cuántas personas querían ser empresarios sólo levantaban la mano dos o tres, ahora son bastantes más. Hay ejemplos de muchos empresarios españoles que han triunfado internacionalmente y eso ayuda a que muchos piensen que pueden crear buenos negocios. Y Málaga es un lugar ideal para ello, con muy buenas infraestructuras y una cultura muy abierta al mundo. La crisis trajo un parón, pero la mentalidad es ya esa, y está calando entre los jóvenes.

Ha defendido en algún artículo que Málaga tiene condiciones climáticas e infraestructuras mejores que las de California para poder imitar el exitoso modelo de Silicon Valley.

Conozco la realidad de San Francisco y el Silicon Valley porque lo he visitado y lo que creo es que, fuera de lo que es el pequeño Valle de Santa Clara, el entorno de Málaga es mejor, ofrece mucho más para atraer talento tecnológico con todo lo que es la Costa del Sol, las infraestructuras o el propio talento que ya hay aquí. Lo importante es que ese talento se sienta atraído por Málaga y que lo retengamos. Se me ocurre como ejemplo lo que pasó en su día con la empresa malagueña Virus Total y cómo concitó el interés de Google. Málaga tiene muchos atractivos que posicionar, y se pueden combinar con lo que viene de fuera.

Imagino que deja fuera de esas atractivas infraestructuras los accesos al PTA, que se han convertido en un verdadero obstáculo para el crecimiento del parque.

Sí (ríe), creo que somos mejores que California en general con la salvedad del tema de los accesos al PTA. Pienso que es imprescindible introducir el transporte público, el metro y el Cercanías, al margen de lo que pueda contribuir la EMT. Hablamos de un desarrollo a futuro y ahora mismo los accesos son el talón de aquiles del parque, una debilidad. Las empresas han ido flexibilizando los horarios de entrada y de salida pero aún así sigue habiendo muchos problemas. Se deben hacer los estudios oportunos para que el transporte público pueda llegar (el metro en superficie y el Cercanías desde el apeadero de Campanillas). También se habló de un ramal de acceso a la hiperronda por la parte de la ampliación. Todo eso debe hacerse.

¿Teme que a las empresas les resulte menos atractivo el PTA por la distancia y el problema de los atascos y prefieran instalarse en el casco urbano?

Cuando alguna empresa se ido del Parque ha sido más bien por el tema de la accesibilidad, no por estar lejos de la ciudad. No considero que la distancia sea excesiva ni insalvable. Lo malo, eso es cierto, son los atascos.

¿El PTA suena fuera de Málaga? ¿se nos considera un polo tecnológico?

En Europa cada vez más y en España, por supuesto. En Málaga tenemos la Asociación Internacional de Parques Tecnológicos y la sede de Ances (la asociación nacional que engloba a todos los BIC). Se nos ve como un potente hub tecnológico y de innovación. Ahora bien, es cierto que fuera de Europa es ya más difícil que nos reconozcan como una semilla con la potencialidad de ser algo parecido a un Silicon Valley.

Se ha comentado que el coste de la mano de obra es uno de los acicates que cuentan las empresas extranjeras para instalarse en el PTA, dentro del contexto de bajos salarios que imperan en la economía española, ¿qué opina?

Estamos de acuerdo en que la ley de la oferta y la demanda es la que fija un poco los salarios pero es verdad que se debe mejorar la retribución de las personas y reconocer el conocimiento y talento que aportan. También es verdad que hay determinadas especializaciones en el PTA (por ejemplo, los programadores) que presentan unos salarios muy razonables, porque han subido bastante en los últimos años. Incluso hay perfiles que son difíciles de encontrar. Luego hay otra base de trabajadores donde los sueldos sí deben seguir mejorando. Las empresas no pueden mirar sólo la cuenta de resultados.

Comentaba que hay perfiles demandados por las empresas que son difíciles de encontrar, algo que se viene comentando desde diversas instancias. Sorprende teniendo en cuenta los altos niveles de paro.

Sí, se están haciendo cosas, dentro y fuera de la Universidad de Málaga para poder formar a personas en estas áreas de programación. Las empresas a veces nos llaman al BIC para saber si contamos con estos perfiles, porque saben que en la incubadora tenemos empresas especializadas en software.

¿Qué falta a nivel universitario y educativo?

En el tema de los idiomas hay un recorrido importante de mejora, es mejorable. En especialización técnica Málaga está en una posición óptimas para tener un gran despegue y, si lo combinamos con programas de otras universidades extranjeras, pues mucho mejor. En el BIC trabajamos con una aceleradora de empresas de la estadounidense Berkeley y mantenemos también contactos con Standford, que son punteras con las startups tecnológicas.

En los últimos años han surgido un gran número de incubadoras, aceleradores y organismos de apoyo al emprendimiento. Algunos piensan que quizá los esfuerzos están algo dispersados.

Se debe hacer un esfuerzo de coordinación. Es verdad que han surgido muchas aceleradores y otras realidades, y que si hubiera más especialización podrían darse mejores resultados, aunque también es cierto que todo esto era necesario para impulsar el cambio de mentalidad y el dinamismo empresarial. En el PTA nosotros estamos en un grupo de estrategia internacional junto a Extenda para fomentar y coordinar acciones.