Los Campeonatos de Andalucía Universitarios (CAU) celebrados en Granada este mes, en los que la UMA ha conseguido ampliar su extenso palmarés, han sido su último gran torneo. A pesar de no haber conseguido alcanzar el podio, el equipo femenino de fútbol 7 empleó toda la fuerza que le caracteriza para conseguir ese objetivo. Unas chicas que están formando parte de una era con mucho futuro para el deporte femenino y el fútbol femenino en particular.

«El futuro es femenino. Llegará un momento en que habrá tantas mujeres como hombres jugando al fútbol, ofreciendo espectáculos de igual o aún mayor calidad y belleza», ha afirmado el expresidente de la FIFA Joseph Blatter acerca del fútbol femenino.

Lucía Carrasco y Dácil Pomares, jugadoras del equipo femenino de fútbol 7 de la UMA, cuentan su experiencia y relatan cómo ven el futuro de este deporte. Ambas comenzaron a jugar desde pequeñas en esta disciplina que suele relacionarse directamente con el género masculino.

A cualquier niño que le preguntes quiénes son sus referentes en el mundo del fútbol te respondería que Cristiano, Messi, Iniesta, Griezmann... Sin embargo, Dácil destaca que no tiene ningún favorito sino que se fija en «aspectos puntuales de algunos».

La mayoría de jóvenes ven difícil la idea de compaginar los estudios con las horas de entrenamiento, por lo que muchos abandonan esta práctica cuando comienzan sus estudios en la facultad. «El fútbol ha sido para mí un estilo de vida que me ha enseñado, entre otras muchas cosas, a priorizar cada una de mis responsabilidades, gracias a esto,siempre he sido capaz de llevar mis aficiones y estudios sin ningún problema», explica Lucía, que se encuentra en el último año del grado de Periodismo. Y gracias a la disciplina que proporcionan los deportes de alto rendimiento no ve necesaria su retirada de la competición profesional.

Estas jóvenes disfrutan realizando un deporte que les hace sentir bien y les aporta grandes valores como «el trabajo en equipo, la superación y el esfuerzo», citan las dos futbolistas. Pero deportes como este tienen siempre su parte buena y mala, más cuando se trata de un deporte mayoritariamente masculino. «La patente desigualdad en el fútbol femenino, mientras que se considera una profesión para los hombres, se habla de 'afición' en las mujeres, esto quiere decir, desigualdad de sueldo, de oportunidades y de derechos. Por poner un ejemplo personal, he tenido que entrenar durante años en campos no reglamentarios, pagar mi propia ficha por jugar en una segunda división nacional, sin cobrar nada y escuchar comentarios indeseados por el simple hecho de jugar al fútbol», detalla Lucía Carrasco.

El fútbol femenino ha empezado a televisarse ahora, despertando más interés, y sus éxitos atraen más miradas y a cada vez más niñas. Su crecimiento se sitúa en una base que promete que lo mejor está por llegar para este deporte, demostrando que ya no es una cuestión de futuro, sino una realidad del presente. Ha sido un proceso lento, pero ya se están viendo los resultados de un gran trabajo en la lucha contra esa desigualdad.

Más presencia en los medios

Tanto Dácil como Lucía coinciden en que una de las maneras para lograr la igualdad es que se hable del fútbol femenino y se conozca. «Tienen una gran responsabilidad los medios de comunicación, el tratamiento de la información deportiva femenina es prácticamente inexistente y la poca que aparece no reluce por su calidad, está cargada de estereotipos y de elementos ajenos al deporte, algo que, por suerte, está cambiando lentamente. Sin embargo, actualmente estamos viviendo un momento de auge de este deporte. «Cada vez aumenta más el nivel de espectadores en los partidos y esto hace que los patrocinadores también se interesen más», apunta Dácil Pomares como indicador de los beneficios que está teniendo el apogeo de esta modalidad.

«Veo un futuro esperanzador, los aficionados están respondiendo, los medios empiezan a interesarse por este mundo, jugadoras internacionales llegan a nuestra liga para competir. Es emocionante ver cómo se llenan estadios y los niños y niñas buscan sus referentes en el fútbol femenino, pero no debemos quedarnos con la fachada que observamos de los medios, aún queda mucho camino por recorrer para conseguir una absoluta igualdad respecto al fútbol masculino», destaca Lucía.

Años atrás se han vivido momentos difíciles, sueños rotos, metas sin alcanzar para el deporte femenino en general y el fútbol en particular, pero los recientes Campeonatos de Andalucía Universitarios han sido una de las muestras de que la visión sobre el deporte femenino está cambiando en muchos niveles del ámbito deportivo y de la vida en general.