Un proyecto científico que busca optimizar el consumo de combustible que utilizan los satélites que se encuentran en la órbita del espacio. A grandes rasgos, ese objetivo, trasladado al desarrollo de una tesis doctoral en la prestigiosa universidad sueca de Lulea, le ha servido a Álvaro Soria Salinas, un joven de El Palo, para ver su nombre reflejado en la última lista de Forbes, en la que se destaca a las personas más influyentes en el campo de la ciencia y salud (Science & Healthcare), que aún no han sobrepasado el umbral de los 30 años. En el caso de Álvaro, apenas acaba de cumplir los 25.

Esta revista económica de Estados Unidos lleva más de una década publicando este tipo de listas, en relación a los campos más diversos. La más conocida, la que hace referencia a la fortuna de los grandes empresarios y personalidades del planeta. En este caso, el ingreso de Álvaro en este club de renombre se debe a unos méritos mucho más genuinos, logrados en el campo de la ciencia. A su edad, Álvaro ya acumula una carta de méritos tan amplia como apabullante. Después de licenciarse como ingeniero aeronáutico, fue seleccionado para realizar su doctorado en la ya mencionada Universidad de Lulea, bajo la tutela de su profesora, María Paz Zorzano. Una prueba de que España tiene mucho que decir en esto de las ciencias.

El caso de Álvaro es el ejemplo de una vocación cultivada a base del esfuerzo bien hecho y llevado a la realidad de manera saludable. Siempre quiso ser astronauta. Lejos del tópico deseo que se diluye a las primeras de cambio, él ha logrado materializar las metas que se ha ido marcando. Hasta el punto de recibir la noticia de su ingreso en las listas Forbes en el Centro Europeo de Astronautas en Colonia, donde trabaja bajo la estela del astronauta alemán Matthias Maurer. No hay una ingeniería espacial como tal. El camino emprendido por Álvaro es la ruta trazada para alcanzar las metas más ambiciosas y él cultiva un pulso sano por seguir quemando etapas.

Aunque ahora mismo esté en mitad de sus tesis doctoral, Álvaro asegura que su selección por parte de Forbes trasciende a su actual campo de estudio. "Cuando me llamaron de la revista, me pidieron que elaborara una especie de resumen de mis actividades y eso fue lo que hice", declara a La Opinión. Entre ellas, luce haber sido uno de los más jóvenes en realizar un vuelo parabólico con la Agencia Espacial Europea (ESA). El pasado otoño, Álvaro se subió a un Airbus 310, adaptado por la empresa Novespace, y pudo experimentar lo que se siente al flotar en gravedad cero.

Aunque no se deja cegar por los golpes de en el hombro, Álvaro reconoce que esta inclusión en la lista Forbes le agrada y aporta una lógica dosis de motivación: "Para mí, sinceramente, ha sido una sorpresa. Hay muchísima gente que es muy buena. A muchos les conozco personalmente y conozco sus trabajos. Me queda una sensación de satisfacción".

El éxito de Álvaro empezó a regarse en el colegio San Estanislao de Kostka. Álvaro nace un 23 de abril de 1993 en Málaga y permanece unido a la ciudad. Por ahora, forma parte de ese talento exportado que ha sabido reconocer que necesitaba salir de España para empezar a volar.

Álvaro seguirá en Alemania. Colonia, que acoge la sede de la Agencia Espacial Europea, es como la meca para los que sueñan con el espacio infinito. Prefiere Alemania a Suecia, aunque sabe que tendrá que volver al frío para acabar su tesis. Su futuro no está escrito aún, aunque apunta a eso que se ha acordado en llamar excelencia.