La señal de prohibido aparcar no admite dudas. Se encuentra al comienzo de un callejón sin salida sin asfaltar, en el que asoma el campo. Está en la calle Subida a San Cristóbal, que hace referencia al Monte San Cristóbal, de la Victoria o de las Tres Letras.

Como explica un vecino, que prefiere no dar el nombre, «se solicitó la señal al Ayuntamiento porque como estamos muy cerca del Centro y falta aparcamiento, aparcan muchos coches en esta calle peatonal».

Este vecino explica que como el callejón es muy reducido, en cuanto hay dos coches no hay espacio y comienzan los pitidos. «El problema lo tenemos a cualquier hora del día o de la noche y los dormitorios de todas las viviendas dan a esta calle, que tradicionalmente usaban los niños del barrio para jugar».

Como la señal de prohibido seguía sin respetarse, los vecinos pidieron al Ayuntamiento un bolardo, pero duró poco: alguien lo arrancó.

Este vecino admite que «una minoría» quiere seguir aparcando en el callejón de tierra, «pero el problema de la falta de aparcamiento lo tenemos todos», argumenta. En todo caso, la señal deja claro que no se puede aparcar, por eso ha vuelto a solicitar la reposición del bolardo, que se bajaba con una llave por si tenían que entrar ambulancias o bomberos. «Pero no nos la ponen. Muchos vecinos se han planteado hacer allí un huerto urbano, como entretenimiento», explica y propone que, si no llega el bolardo, se coloque un macetón.

En opinión de este vecino, que comenta que se va a constituir una asociación vecinal, la zona de San Cristóbal «la tiene poco en cuenta el Ayuntamiento».

Por eso, aprovecha para comentar más necesidades. Una de ellas es que el Consistorio limpie cuanto antes la abrupta ladera que cae sobre la calle Ferrándiz, en cuya parte más alta y próxima a la calle se acumula basura de todo tipo, incluido algún palé de madera. «Esto es un vertedero, y entre que los contenedores los han corrido un poco hacia más adelante y que la gente es poco cívica, hay bolsas de basuras, ramas y la porquería cae hacia abajo», lamenta.

También le parecen poco dignos unos postes antediluvianos de madera en muy mal estado. «Al principio eran para el teléfono pero luego todas las empresas de telecomunicaciones lo utilizan para enganchar sus cables», destaca. Además, señala un poste ladeado y alerta de que pueden suponer un peligro ante tanto peso.

Por último, explica que en la zona viven más de cien familias y que hay muchos vecinos mayores que deben subir la pronunciada Subida a San Cristóbal cargando peso. Por eso, pide que la EMT estudie el paso de la línea 36 de Conde de Ureña por la calle Subida a San Cristóbal.

Francisco Cantos, director del distrito Centro, declaró ayer a este diario que los vecinos «están atendidos y hemos mantenido reuniones con ellos y con diversas áreas municipales». También anunció que el callejón será urbanizado en el futuro, conforme a lo que digan los técnicos de Urbanismo y Movilidad.