Siempre lo he dicho. Solo el viaje de ida y el retorno al norte de Groenlandia es una aventura en sí mismo. Recopilemos: para llegar hasta Qaanaaq, la último población más al norte del Ártico, he necesitado cinco aviones. Vuelos en bimotor y aterrizajes en aeropuertos que llevan ese nombre para que se entienda mejor, pero que no son otra cosa que una pista de tierra y nieve para garantizar el abordaje.

Volviendo a lo que he dicho al principio. Ahora mismo, se está confirmando mi hipótesis inicial. A día de hoy, debería estar dos días en Málaga, pero sigo atrapado en Qaanaaq debido a una tormenta de nieve que está azotando por estos lares. Si en España nos quejamos del frío, estando aquí, me doy cuenta que realmente no sabemos de lo que hablamos. Llevamos varios días incomunicados y mi vuelo que me lleva a Illulissat ha sido cancelado en varias ocasiones. La condiciones no permiten que aterrice ni despegue ningún avión.

Lo único que me queda a estas alturas es resignarme y no darle muchas vueltas a la cabeza. Groenlandia es así, aunque el tiempo empieza a pasar cada vez más despacio. Me encuentro en el hotel de Hans. Pasa lo mismo que con el aeropuerto. Lo llamo hotel para que se entienda mejor, pero en realidad se trata de su propia casa, que tiene cinco cuartos y en los que convivo con su familia.

En Qaanaaq hay una única tienda para adquirir lo más esencial. A la espera de que mejore el tiempo, sigo disfrutando, eso sí, de la enorme hospitalidad que me brindan estas personas. Quiero devolverles el trato en la medida de lo posible y por ello he intentado cocinarles lo más cercano a una paella. Os adjunto una foto con el resultado y también algunas que he tomado de Qaanaaq y de su aeropuerto. Hoy es, además, un día especial para mí. Mi hijo Manuel cumple 19 años. Hace dos años lo pasamos juntos en Groenlandia. Hoy no puedo estar con él pero aprovecho este espacio para mandarle el mejor de los deseos. Espero estar pronto en Málaga, pero el tiempo manda en Groenlandia.

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*Manuel Calvo es un malagueño de 52 años y uno de los exploradores españoles con más experiencia en el Ártico. Los perros son su segunda gran pasión y en esta quinta edición del Desafío Ártico quiere recorrer más de 400 kilómetros sobre los mares helados, con la única ayuda de estos animales y un trineo como los que utilizan los inuit desde siglos atrás. Compartirá durante las próximas semanas para La Opinión de Málaga sus experiencias y este diario se irá nutriendo de reflexiones e imágenes de uno de los lugares más recónditos del planeta. Manuel Calvo es el responsable institucional de Tiendanimal y de Tiendanimal Educa.