El Consejo Consultivo del Mediterráneo, más conocido como Medac, celebró ayer una nueva reunión en Málaga y aprovechó para reivindicar medidas compensatorias que eviten la desaparición de la pesca de arrastre, que aún mantiene activos casi 40 barcos en la provincia, después de las limitaciones que acaba de aprobar Europa.

El encuentro en la capital costasoleña estuvo presidido por el director general de Pesca y Acuicultura del Gobierno andaluz, José Manuel Martínez, que tomó la palabra tras un primer análisis del plan que impone Bruselas para el Mediterráneo más occidental. En especial se refirió a la intención de la Junta de Andalucía de que puedan aprobarse medidas que contribuyan a respaldar un sector «que se verá perjudicado por el Plan recién aprobado en la Unión Europea y que ha puesto en jaque sus embarcaciones de arrastre».

El responsable autonómico estuvo acompañado por el delegado territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Fernando Fernández Tapia-Ruano, en presencia de representantes de los siete países convocados: Francia, Italia, Chipre, Malta, Grecia y Eslovenia, además de España.

La reunión se celebró en las dependencias del Instituto Andaluz del Deporte de la capital malagueña y sirvió para abordar las medidas aprobadas en el Parlamento Europeo el pasado 4 de abril, que contemplan una reducción de la actividad pesquera del 10% en 2020 y un 30% adicional en los cuatro años siguientes, como recordó Martínez.

«Rechazamos este plan porque no entendemos que se cambien las reglas de juego sin que se establezcan medidas de acompañamiento», relató al tiempo que recordaba el esfuerzo que los propios armadores ya han desarrollado durante los últimos años «para la conservación de los caladeros», como son la reducción de barcos, de zonas de pesca o los descansos biológicos.

Estos factores han reducido desde el año 2000 la flota en Andalucía hasta en un 55%, «pasando de 209 embarcaciones a 92 en la comunidad autónoma». La impresión generalizada entre los pescadores de la provincia y del resto de la comunidad es de «auténtica desolación».