¿Es usted de derechas y liberal como Ronald Reagan?

Yo soy de centroderecha liberal.

¿Echa dinero en el cepillo cuando va a misa, si es que va?

Voy a misa. No voy todos los domingos. Intento tener algo suelto y echar. Aunque hay veces que he tenido que mirar para otro lado cuando me han pasado el cepillo.

Pablo Casado ya ha dicho que no va a legislar el asunto de la eutanasia. ¿Usted tampoco cree que es necesario?

Lo que creo es que hay que legislar para la inmensa mayoría. Y creo que con estos temas tan delicados no se debe hacer contienda electoral.

En su presentación dijo que si algo no le parecía bien en el PP, lo iba a decir. ¿Ha tenido que usar ya este derecho a veto que se ha autoconcedido?

Eso, creo, humildemente, lo estoy haciendo marcando mi propia agenda. Yo los argumentarios internos de Génova 13 los veo poco.

Hasta que le llamó Pablo Casado para encabezar la candidatura del PP por Málaga, ¿en otro momento había fantaseado con dar el salto a la política?

No. Yo era un convencido y soy, de hecho, un convencido del periodismo. Me encanta el periodismo y me encantaba mi trabajo como cronista parlamentario y como cronista de la información política. Yo, si di el paso, es porque Casado entendió que podía ayudar y por el contexto político que atraviesa el país.

¿Qué caracteriza ese contexto político al que hace alusión?

España se la juega. Casado entendió y entiende que personas como yo, que vienen de la sociedad civil, si dan el paso a la primera línea política, podría ser un mensaje positivo de implicación con un proyecto político. Proyecto político en el que yo creo. No al 100%, pero es un proyecto político con el que me siento muy identificado. Si dando el paso logramos que el PP en las próximas elecciones generales obtenga un buen resultado y salga un PP fuerte, entonces habrá merecido la pena.

¿Se siente fichaje estrella?

No. Soy un fichaje del PP. ¿Estrella? Pues no. Nunca me he considerado estrella, la verdad.

¿La política es cada vez más estética?

La política que se hace en el Congreso sigue siendo una política de pata negra. Es verdad que en algunas ocasiones, cuando los debates son muy intensos, haya gente a las que acabe interesando otro tipo de cuestiones. Insisto, creo que en el Congreso se hace política pata negra y yo quiero hacer esa misma política. Sin tanto escándalo y más intentando ir al terreno del consenso y de pactos.

¿Le molesta el ruido en política?

Mucho. Me molesta a mí y le molesta a mucha gente, creo.

Le cito a Pablo Casado, el pasado fin de semana, en Córdoba: «Está en juego la disolución de España o mantener la democracia». ¿Realidad o lenguaje de trazo grueso?

Decir las cosas claras es sinónimo de moderación. Pablo Casado es más vehemente que yo. Eso está claro. Pero los dos coincidimos en lo esencial: el Gobierno de España no puede estar sustentado o tener aliados en aquellos que quieren romper España. Y eso está ocurriendo.

¿Los partidos deberán hacer tabula rasa después del 28 de abril, rebajar el clima político, gobierne quien gobierne?

Tengo muy claro con los que no hay que negociar ni que pactar. No se debe negociar con los independentistas ni con Bildu. Parto de esa base. A partir de ahí, el PP y el PSOE, por ejemplo, pueden llegar a acuerdos importantes en materia de educación y sanitaria, por citar dos. Por supuesto. Yo abogo por eso.

¿Alguna vez ha pensado que a España le vendría bien una gran coalición entre el PSOE y el PP?

Sí. ¿Sabes quién lo propuso? Mariano Rajoy y Pedro Sánchez le dijo que no. Y en esta legislatura, el señor Sánchez solo se vio una vez con Pablo Casado en La Moncloa. Y luego no volvió a llamarle. Por la vía de los hechos, quien tejió un cordón sanitario fue el señor Sánchez. En los temas importantes, PP y PSOE deben tener un teléfono rojo de interlocución.

Sánchez asegura que hablará con todo el mundo.

Sí. Pero por la vía de los hechos no lo ha demostrado.

¿Qué puede ofrecer el PP que no puede ofrecer Vox?

Para empezar, el PP tiene un contrato, basado en la libertad, para todos los españoles. Todavía no conocemos el programa de Vox. Son partidos distintos que luego coinciden en algunos aspectos como la unidad nacional, pero luego no coinciden en muchos otros.

¿La tensión se traslada de los políticos a la calle o de la calle a los políticos?

Da igual. Yo lo que espero es que no haya tanta tensión. Voy a trabajar por que no haya esa tensión.

¿El próximo Gobierno de España será de coalición?

Yo, vaya por delante, espero un PP fuerte. Pero tampoco me llevo a engaño. Teniendo en cuenta la fragmentación del voto existente, lo lógico es que haya un gobierno entre dos o más formaciones.

¿La fórmula andaluza de PP-Cs, apoyados en Vox es exportable al Gobierno central?

Yo creo que sí.

Si Pablo Casado se convierte en presidente, ¿debe hablar con todos los actores políticos?

Creo que hay que gobernar para todo el mundo. Gobernar en aras del interés general. A partir de ahí, hay que mantener un diálogo, pero con unas líneas rojas. Por ejemplo, con Bildu no hay que pactar. Con las formaciones independentistas tampoco hay que hacerlo.

¿Cómo se soluciona el conflicto con Cataluña?

Con diálogo, pero dentro de la Constitución.

Sánchez ha recuperado el no es no, pero para aplicarlo a la independencia de Cataluña. ¿Se fía?

Lo único que sé es que, la semana pasada, el PSOE volvió a unir sus votos con los partidos independentistas y con Bildu. Si es verdad eso que dice el señor Sánchez, lo que tendría que hacer es entablar una línea de comunicación con el PP. Es decir, rectificar todo lo que hizo en la legislatura anterior.

¿Cuántas naciones tiene España?

Una.

¿Ciudadanos es más aliado natural o contendiente?

Creo que con Cs hay muchos puntos en común. Lamento, en todo caso, que no se sentaran con el PP para establecer una alianza para el Senado.

¿Le parece un escándalo lo que se está conociendo del espionaje al que se sometía a Pablo Iglesias por parte de Villarejo?

Si el juez lo constata, sí. Un auténtico escándalo.

¿Qué vínculo mantendrá con Málaga, una vez que sea elegido como diputado?

Mi intención es vivir en Málaga. Alquilarme algo por el bien de mis padres. Luego, darle la lata, en el buen sentido de la palabra, al PP de Málaga.

¿Qué titular le pondría a su entrada en política?

Frenética.

Queda un poco corto, ¿no?

Yo he entrado en política para hacerlo bien. Ése sería el titular. Alguna vez me equivocaré y tendré que pedir perdón y llorar a mis compañeros.