Casi finalizado el periodo de matriculación, este se ha convertido en el momento del año en el que padres y madres deben decidir en qué centro educativo quieren matricular a sus hijos para el próximo curso escolar. Se trata de unas semanas dedicadas expresamente a enviar solicitudes, estar pendientes de las plazas que van quedando libres y de valorar qué guardería, colegio o instituto les convence más.

También es un mes en el que los centros malagueños de enseñanzas de segundo ciclo de Educación Infantil, Primaria, Especial, Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato ofertan sus plazas y comienzan a hacer previsiones sobre el próximo curso. Se inicia de este modo, el proceso de escolarización en el que participan todos los niños y niñas que se incorporan por primera vez al sistema educativo, tanto en centros públicos como concertados y privados. Los 632 centros educativos que se encuentran en la provincia de Málaga dispondrán de un total de 267.030 plazas para estas enseñanzas. En el caso del tramo que más preocupa a los padres, Infantil para el alumnado de 3 años, la Consejería de Educación y Deporte oferta un total de 17.350 plazas de nuevo ingreso, de las que el 81,84% corresponden a centros públicos y el 18,15% a concertados.

En esta elección, en Málaga ganan con bastante distancia los matriculados en colegios públicos. Según los datos del curso pasado publicados por la Consejería de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, un total de 216.244 alumnos están matriculados en centros educativos de carácter público, frente a los 75.340 que lo están en concertados o privados. Esta brecha ha sido constante en los últimos años e incluso en algunas de las etapas escolares ha ido creciendo. A pesar de esta clara diferencia entre estos modelos educativos, la realidad es que la demanda de admisión a los concertados o privados está siendo mayor que en los públicos. «La demanda de los centros concertados es muy superior a la oferta y esta tendencia se ha notado especialmente en los últimos años», señala Francisco José González, secretario técnico de la comunidad de colegios diocesanos, Fundación Victoria.

Algunos padres tienden a elegir este tipo de centros por su calidad educativa, un aspecto altamente cuidado. «Cada año ponemos el listón más alto en la mejora de la educación, el reciclaje del profesorado, así como en plazas. Siempre buscamos ese plus de excelencia. Toda la educación sea pública o privada debe ser excelente, pero nosotros nos preocupamos especialmente de que los alumnos tengan esa garantía», explica González.

En la provincia malagueña, la educación pública es la que mayor número de plazas tiene y por consiguiente, la que cuenta con más matriculaciones, a pesar de que comiencen a tomar visibilidad sus detractores. Pese a la alta calidad de sus profesionales, si en algo gana lo público es en el ámbito de la educación especial. En centros como el CEIP García Lorca de la capital, la demanda de plazas para este tipo de formación es muy alta. «Un colegio como el nuestro puede presumir de ser uno de los pocos públicos malagueños que mayores matriculaciones y demanda tienen, debido no sólo a la calidad educativa sino a lo que ofrecemos como por ejemplo, la educación especial. Para garantizarla, disponemos de un personal altamente preparado», destaca Santiago Ortiz, director del CEIP García Lorca.

La apuesta por la educación pública y laica, por actividades que pasan siempre bajo las administraciones, el poder intervenir de forma activa, traer actividades ejemplares, como la llamada «Diversidad Familiar» como la de estos centros, así como su gratuidad, es lo que en la mayoría de los casos hace que los padres se decanten por ellos.