«Es importante que haya estudiantes en estos órganos, no solo para que tengan derecho a decidir, sino porque también deben defender una educación que proteja a los estudiantes y que sea de calidad, además de promover una universidad llena de actividades interesantes». Así explica Miguel Ángel Sánchez la razón de ser de un órgano clave en la vida de la Universidad de Málaga, el Consejo de Estudiantes (Ceuma). El máximo órgano de representación de estudiantes de la universidad está formado únicamente por alumnos de los distintos centros y su responsabilidad es velar por sus derechos e intereses. En este sentido, cada vez es mayor la implicación de los estudiantes por mejorar su universidad y participar activamente en este proceso.

El pleno del Ceuma está formado por 77 miembros, todos estudiantes. Entre ellos, 75 son los representantes de claustro y dos son elegidos por y entre las asociaciones de la Universidad de Málaga. «Aunque no seas miembro del pleno puedes colaborar con nosotros de mil maneras. Lo importante no es el cargo, sino la colaboración y el interés. Además, es una oportunidad extraordinaria para ampliar las barreras de tu paso por la Universidad, aumentando tus experiencias y amigos de otros centros y universidades», comenta Miguel Ángel Sánchez.

La organización interna del Ceuma consta de siete puestos divididos en presidencia, vicepresidencia, tesorería, secretaría y 3 vocalías, que ahora mismo tienen la función de redes e igualdad y, por último, el vocal de actividades, que ayuda con las actividades más lúdicas y menos de representación.

«La idea es reunirse semanalmente o cada dos semanas como mucho, para intentar que todo lo que vayamos haciendo esté bien coordinado siempre y todo el mundo sepa lo que se está haciendo», detalla el presidente de este órgano de la UMA, dejando ver la buena comunicación y organización que existe entre ellos. Una buena comunicación que no solo se da de forma interna, sino también con los órganos superiores de la UMA como es el caso del Vicerrectorado de Estudiantes que dirige José Francisco Murillo, con el que mantienen una relación fluida con contactos varias veces por semana.

En lo referente a la comunicación con los estudiantes de la UMA, la mayoría de ocasiones se lleva a cabo por redes sociales. «Por desgracia, en mi opinión, todo se mueve ahora mismo por redes sociales, especialmente por Instagram. Las redes sociales nos ayudan a poder transmitir a los estudiantes las cosas que hacemos, o que se van a hacer, básicamente nuestro día a día. Es difícil porque los estudiantes no saben que existimos en la mayoría de los casos, pero estamos trabajando para poder llegar a todo el mundo», destaca el presidente del Ceuma.

Aunque lo importante son las ganas de contribuir, los miembros y colaboradores del Consejo de Estudiantes deben conocer bien los reglamentos y normativas referentes a la universidad, por lo que cobran especial importancia las Jornadas de Formación de Representantes, cuya sexta edición acaba de celebrarse con muy buena acogida. «Hemos podido contar con 87 personas inscritas. El año pasado, cuando se celebraron estas jornadas, también hubo mucha gente pero la diferencia está en que, aunque ahora ha habido menos, es posible que la gente que haya salido esta vez dure más en representación, ese es el pronóstico que tenemos nosotros», explica Guillermo Martín, miembro de la Junta Directiva del Consejo de Estudiantes.

«En general, en las jornadas siempre se hacen las mismas charlas; se habla mucho de temas de normativa, de cómo funciona la universidad, de como está organizada y de la estructura que tiene. Luego hablamos de movimientos estudiantiles, porque estamos aquí los que somos representantes y también hacemos charlas mucho más sociales, para que sepan que no solo se trabaja para las mayorías, sino que también actuamos en algunos casos concretos», añade.

El Consejo de Estudiantes de la Universidad de Málaga tiene como objetivo la lucha por una educación pública y de calidad y con esa base intentan abarcar todo lo que pueden. Ahora mismo trabajan en la mejora de la jerarquización de la calidad de los grados y en que haya menos burocracia. Otro de sus retos este año ha sido lograr más plazas y mejores horarios en las bibliotecas, en lo que han avanzado de cara a los próximos exámenes. Además, luchan para mejorar las condiciones de grupos concretos de alumnos como los que tienen alguna discapacidad o el colectivo LGTBI.