El reloj marcaba las 22.50 horas del Lunes Santo en un restaurante de la calle San Agustín, en pleno centro de Málaga. Un policía local que cenaba en el establecimiento vio entrar a un viejo conocido, un argelino de 52 años con un amplio historial en hurtos, y no le quitó los ojos de encima. Vio cómo se acercó por la espalda de una cliente y, usando su chaqueta como muleta para ocultar la acción, le sustrajo al descuido la cartera del interior del bolso. Entonces se dirigió a la barra, se sentó en un taburete y comenzó a manipular la misma para extraer el dinero.

El agente apartó su plato, le pidió disculpas a su acompañante y se levantó de la mesa para acercarse al ratero. Tras identificarse como policía local mediante su carné y placa emblema, le pidió que le entregase el monedero y los billetes extraídos. Según fuentes policiales, el hombre comenzó a forcejear con el policía y le dio un fuerte empujón en el pecho a la vez que intentaba marcharse del lugar. Ante su actitud hostil, el agente procedió a reducirlo y solicitar apoyo de otros compañeros a través de 092. Varios agentes municipales se personaron inmediatamente en el restaurante, deteniendo como presunto autor de los delitos de robo con violencia, atentado y resistencia a la autoridad. Tanto el monedero como el dinero extraído del interior del mismo, un total de 55 euros, fueron devueltos a la víctima en calidad de depósito judicial, la cual se mostró muy agradecida por la recuperación de sus pertenencias tras la intervención de los agentes.

Según han explicado fuentes policiales, no es la primera vez que el mismo agente y el mismo delincuente coinciden en un restaurante en circunstancias similares. Concretamente, el 30 de marzo, quince días antes y en otro establecimiento del centro en el que habían robado a un matrimonio de Huesca una maleta en la que sus propietarios guardaban sus dos carteras con un total de 800 euros, además de toda la documentación personal, la tarjeta del hotel y otros enseres. La pareja se encontraba en Málaga para celebrar el 50 aniversario de una amiga.

El agente actuó de la misma forma. Se identificó ante las víctimas como policía local y les indicó los pasos a seguir, pero no olvidó el suceso del que el autor se fue de rositas. Tras la detención del Lunes Santo, el agente se presentó en dependencias del Cuerpo Nacional de Policía para aportar su versión en las diligencias policiales y le preguntó a los agentes por el caso de las maletas. Su intuición era que el autor era el mismo. Los compañeros de Policía Nacional le mostraron fotogramas extraídos de las cámaras de seguridad del primer restaurante y el policía local no sólo comprobó que los rasgos faciales y las características físicas del individuo coincidían plenamente con las del detenido, sino que incluso portaba la misma vestimenta. En ambos casos usó la misma chaqueta, gorra y bolso tipo bandolera.

"La prolífica actividad ilícita de este 'mirlo blanco', como policialmente se conoce a este tipo de delincuente, hace que la investigación continúe abierta, siendo más que probable la posibilidad de que pudiese estar implicado en otros hurtos llevados a cabo en la ciudad, entre ellos, uno perpetrado a clientes hospedados en un hotel", ha explicado hoy la Policía Local en un comunicado. Además de múltiples antecedentes policiales, la mayoría de ellos por hurto, el individuo cuenta con hasta 40 identidades falsas, lo que deja entrever el amplio historial delictivo del mismo. Ante los hechos, los policías locales procedieron a la detención del individuo como presunto autor, además de los delitos de robo con violencia más atentado y resistencia a agente de la autoridad, del delito de hurto reseñado. Finalmente, tras ser trasladado a dependencias policiales, fue puesto a disposición judicial.