La Fiscalía ha rebajado a dos años de cárcel la petición de pena para un hombre al que acusa de estafar a varios compradores con la venta de teléfonos móviles a través de internet, al estimar que se le debe aplicar en esta causa la circunstancia atenuante de reparación del daño.

El juicio se celebró la pasada semana en la Sección Tercera de la Audiencia de Málaga y quedó visto para sentencia, después de que las partes expusieran sus informes finales. Así, el fiscal considera que se le debe aplicar dicha atenuante por haber devuelto dinero a los perjudicados en este procedimiento.

Así lo aseguraron a Europa Press fuentes judiciales, quienes apuntaron que la acusación particular se adhirió a lo solicitado en el trámite de conclusiones definitivas por la Fiscalía, que acusa al hombre por un delito de estafa continuada.

En esta causa son siete los perjudicados, aunque el hombre tiene pendiente otros procedimientos similares y según la Policía Nacional fueron casi 250 los compradores de toda España que resultaron afectados, con un perjuicio total de 160.095 euros.

En su declaración en el juicio, el acusado aseguró que ha devuelto todas las cantidades entregadas por los clientes que pudo, hasta que la policía le bloqueó la web donde estaban todos los datos y explicó que el problema comenzó en 2015 cuando no llegaban los pedidos por culpa del distribuidor, ya que él era un «mediador».

Según las conclusiones del fiscal, el acusado daba «apariencia de solvencia y seriedad a sabiendas de que carecía de ello», sosteniendo que una vez que recibía el dinero, «no enviaba» el pedido «ni devolvía» lo entregado por los clientes, señala la acusación pública.

La acusación pública considera que era «falso» que el acusado tuviera intención de hacer frente a los pedidos porque «desde el primer momento los aparatos no estaban a disposición del procesado», añadiendo que en la dirección postal facilitada no existía ninguna empresa y en el número de teléfono de contacto «nadie contestó a las llamadas» realizadas por los perjudicados.

Además, el fiscal sostiene que el hombre se fugó a París, mientras que el acusado declaró que no huyó, sino que se fue allí a trabajar con un nuevo distribuidor, precisando que estuvo «localizado al 100 por cien» en todo momento en la capital francesa, tanto personalmente como a través de las empresas que montó.