El Parque del Norte, el resultado del embovedado de un tramo del arroyo del Cuarto, afronta la segunda gran remodelación, después de que en 2002, los vecinos reclamaran que se eliminara el piso de chinos, que impedía el paseo cómodo a muchas personas mayores o con carritos de niños, recuerdan los vecinos.

Ahora, tras muchos años de reclamaciones, el Ayuntamiento quiere acometer en 2019 el segundo gran cambio: la eliminación de los muretes de parterres y de los setos que habían convertido gran parte de esta zona verde en un intrincado laberinto, algo que limitaba mucho el movimiento.

«Estamos contentos, el Ayuntamiento está por la labor y nos escucha», comenta José del Castillo, presidente de la Asociación de Vecinos La Unidad, de Nueva Málaga. Antes de Semana Santa los vecinos pudieron conocer el proyecto municipal, y respaldan que el Consistorio cuente con ellos a la hora del diseño.

«El proyecto lo presentó el concejal José del Río y queremos dar un poco de personalidad al parque, para que de otras partes de Málaga quieran ir al Parque del Norte, igual que nosotros vamos al Parque de la Batería o al Parque del Cine», resume el presidente.

Por este motivo, detalla Mariluz Guerrero, también dirigente vecinal, el deseo es que el parque tenga alguna temática especial para convertirlo en atractivo. «Todavía queda por ver a qué está dedicado el parque, aunque al Ayuntamiento le parece bien», resalta.

Mientras los vecinos eligen el motivo principal para el Parque del Norte, ya está licitado por unos 600.000 euros una primera fase, prevista para este año, que eliminará los fastidiosos parterres y setos para dejar sitio a una zona verde y espacios menos intrincados.

Como explican los vecinos, la idea es mantener los grandes árboles que en nuestros días dan sombra y en todo caso, quitar los naranjos de la parte central para que sea un espacio con sombra para actividades y celebración de eventos. «Como el Día del Vecino», pone de ejemplo Mariluz Guerrero.

Quedarán para una segunda fase los elementos temáticos por definir y otros como un parque infantil, «que nos han dicho que será potente», a la entrada del parque junto a la avenida de Carlos Haya, cuenta el presidente.

Esa parte será para los niños y luego habrá, en la otra mitad, aparatos para mayores.

El vallado

Capítulo aparte es el vallado del parque, ya finalizado, que aunque lo ven muy útil, no gusta a los vecinos, primero por el material -acero corten- y en segundo lugar porque señalan que está mal terminado, con huecos de distinta anchura entre las verjas, y también en la parte baja, lo que a juicio de la asociación permitirá que cuando se ponga un horario y se cierra, puedan colarse dentro y entrar también animales. «Y por aquí cabe la cabeza de un niño chico», alerta el presidente vecinal, que pide al Ayuntamiento que mejore las vallas.