Una de las grandes críticas que se hacen a la Gerencia Municipal de Urbanismo de Málaga es la lentitud administrativa en la concesión de determinadas licencias y permisos de obra. El colapso, según se vio en una reciente comisión de investigación, se da también en la tramitación de expedientes que han de acabar en sanción. Todos los partidos llevan propuestas para darle la vuelta, como un calcetín, a este órgano. Ayer hizo pública la suya Ciudadanos, que aboga por poner en marcha una auditoría de gestión para acabar con «los cuello de botella» en la concesión de las licencias urbanísticas y propone abrir el departamento a la ciudad, creando para ello ventanillas únicas en los barrios para que los vecinos puedan informarse de los trámites y resolver sus dudas.

Esta será, según explicó ayer el viceportavoz municipal y número tres en la lista, Alejandro Carballo, una de las primeras medidas de la formación naranja en el próximo mandato, junto con la elaboración de una relación de puestos de trabajo.

«Queremos conseguir que la Gerencia de Urbanismo sea un instrumento ágil y efectivo y que dé respuesta tanto a los particulares como a los inversores que se han fijado en el atractivo indudable de Málaga», aseguró el viceportavoz de Cs Málaga, Alejandro Carballo, que recordó que las quejas en el retraso de la concesión de licencias por parte de promotores, particulares, arquitectos y empresarios han sido una constante durante todo el mandato. En la rueda de prensa estuvo presente la número tres en la lista naranja a las municipales, María Jesús Palacios.

La formación reivindica una administración del siglo XXI, que tienda al papel cero, ágil, eficaz y que dé respuesta a la buena coyuntura económica actual. «No puede ser que mientras todos los indicadores de inversiones y de actividad inmobiliaria van al alza, Urbanismo sea un gigante con pies de barro. Málaga necesita liderazgo político para gestionar un departamento tan importante lleno de buenos profesionales», dijo.

Palacios, por su parte, recriminó que la Gerencia se haya convertido en un verdadero «tapón» para otorgar licencias, «incumpliendo los plazos de la Ley de Ordenación Urbanística andaluza».