La iniciativa del Ilustre Colegio de Abogados de Málaga de organizar con carácter anual un ciclo cinematográfico centrado en el Derecho no sé si tiene precedente en alguna ciudad española, pero para el caso es lo mismo: su organización y continuidad merecen no solo el reconocimiento de los profesionales del derecho sino de los aficionados al cine en general.

Cuando se sobrepasa el decenio se puede considerar como actividad consolidada e incorporada por tanto al catálogo de celebraciones que anualmente enriquecen la vida cultural de Málaga.

Todos los meses de mayo, los profesionales del Derecho y los aficionados al cine, tienen cita en el cine Albéniz, lugar elegido para su celebración.

En la primera edición -2009- se expresaba el porqué de esta manifestación: «Una reflexión sobre el fenómeno jurídico reflejado en el mundo del celuloide. A través de charlas y de las propias películas se mostrará el múltiple reflejo del Derecho en el cine a lo largo del siglo XX».

En las dos primeras ediciones, solamente se proyectaban y comentaban dos películas con siete días de diferencia; a partir de la tercera cita, la programación se amplió a tres sesiones también con siete de días de diferencia entre película y película.

La cita de este año comprende tres sesiones los días 16, 23 y 30 de mayo, con las películas Divorcio a la italiana, Ausencia de malicia y El insulto, presentadas respectivamente por María José Portillo Corpas, colegiada del ICAMÁLAGA; Antonio Méndez Nieto, director de Málaga Hoy, y Eduardo López Causapé, magistrado titular del Juzgado de Instrucción 9 de Zaragoza.

Como es habitual, la apertura de ciclo correrá a cargo del decano de Colegio, Francisco Javier Lara Peláez.

Los profesionales del Derecho

A los profesionales del Derecho se les brinda cada año la posibilidad de asistir a la proyección de películas en las que se narran historias verídicas o inventadas donde la administración de la justicia es clave. Pero al tiempo de disfrutar de películas seleccionadas entre las más logradas o significativas relacionadas con el Derecho, antes y después de cada proyección, magistrados, fiscales, catedráticos, abogados€ adelantan lo que se va a proyectar y después comentan los aspectos más sobresalientes de lo visto. Los coloquios son muy técnicos ya que los que intervienen son profesionales del Derecho; los legos en la materia tienen ocasión de aprender.

Entre esos legos hay asistentes que nunca han sido testigos de un juicio y tienen una imagen totalmente deformada de cómo se desarrolla una vista porque la única referencia es la que ofrecen algunas películas de procedencia norteamericana en las que la administración de la Justicia se presenta de acuerdo con unos cánones o reglas que no responden a la realidad.

Recuerdo mi sorpresa cuando por primera vez acudí a un juicio en la antigua Audiencia de Málaga, edificio que ahora es Archivo Municipal, en la Alameda Principal. A la primera vez sumé otras varias durante años por razones de mi actividad profesional, el periodismo. Acudía a la Audiencia para informar en radio y prensa de algunos casos importantes. Uno de ellos fue quizás último en el que se pidió la pena capital en Málaga por el abogado de la acusación.

El defensor fue Andrés Oliva García, que poco después fue elegido decano del Colegio de Abogados de Málaga. El asesino, porque esa era la acusación, no fue condenado a muerte. Recuerdo, sin embargo, que algún tiempo después murió en la cárcel.

Cuando acudí por primera llegué a la sala con la falsa imagen ofrecida en películas americanas, con un juez o jueza de color, fiscales de mirada aviesa, abogados gritones, interrupciones, llamadas al orden, aplausos y frases repetidas hasta una y otra vez como «pregunta improcedente», «que no conste en acta», «recuerde que está bajo juramento» y el manido juramento de «la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad», que jamás oí en la Audiencia de Málaga.

Películas

No voy a citar todas las películas ofrecidas en las diez ediciones anteriores del ciclo ni los presentadores y conferenciantes; los responsables de la organización han elegido en todas las ocasiones las películas más representativas, como El crimen de Cuenca y Doce hombres sin piedad, en la primera edición, y Perdición, Negación y A sangre fría, en la última cita.

Entre ambas ediciones, entre otras, se han proyectado y comentado películas como Legítima defensa, Malas noticias, La conspiración, El misterio von Bulow, Un dios salvaje, Testigo de cargo, El experimento, Un grito en la oscuridad, Impulso criminal, Un , dos, tres, Matar a un ruiseñor... Total, unas treinta películas.

Conferenciantes

Cada película ha tenido a lo largo de los años presentadores excepcionales; son tantos como las películas exhibidas.

Pero repasando la lista nos encontramos nombres como Javier Gómez Bermúdez, presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional; José Calvo González, catedrático de Filosofía del Derecho de la UMA; Mansi Escobar Stenman, embajador en Misión Especial para Asuntos del Mediterráneo; Fernando Grande-Marlasca, presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional; Manuel Caballero Bonald, magistrado de la Audiencia de Málaga; Eduardo Torres-Dulce, fiscal general del Estado (un gran aficionado al cine con apariciones en la televisión); Francisco Jiménez Villarejo, fiscal Anticorrupción...

A estos nombres hay que agregar los artífices de las jornadas, Francisco Javier Fernández Zurita, como director del Ciclo, y Carlos Font Feliu, coordinador, ambos miembros del Colegio de Abogados de Málaga.

Llevan once años buscando las películas más representativas, los presentadores y conferenciantes idóneos, moderando los coloquios y culminando con éxito una iniciativa que merece el reconocimiento no solo del Colegio y letrados sino de los que se acercan al Albéniz a gozar de proyecciones de películas y de los comentarios y lecciones de profesionales de la Justicia.