Los cuatro años como residentes han llegado a su fin y 43 profesionales cierran en estos días su etapa formativa en el Clínico para enfrentarse a la búsqueda de empleo. Lograr un contrato en la medicina pública o privada es el objetivo de todos ellos para empezar a sumar años como especialistas e iniciar su vida laboral.

«Yo me quedo aquí, me han ofrecido un contrato de tres meses prorrogable justo hoy», explicó Aida Raigón, una facultativa que acaba de culminar el MIR como anestesista y continúa en verano en el Hospital Clínico. Esta malagueña asegura que su formación ha sido como esperaba, cuatro años que se han desarrollado entre quirófanos y reanimación. Desde lo más sencillo de su especialidad, como puede ser enfrentarse a una hernia inguinal, hasta formar parte del equipo que entraba a la sala de operaciones para enfrentarse a una cirugía cardíaca. Estos años han sido un aprendizaje continuo y su objetivo es quedarse en esta misma unidad para desarrollar su carrera profesional e investigadora, ya que realiza el doctorado.

Especializado en psiquiatría, Félix Moreno asegura que han sido cuatro años muy positivos y su objetivo es colocarse en Málaga. Por el momento, en el Clínico no le han ofrecido ningún tipo de contrato y aunque su primera opción es entrar en la sanidad pública, no cierra puertas a la privada. Natural de Málaga y con sus estudios cursados en la UMA, su objetivo es obtener un contrato en la provincia pero no descarta moverse, en caso de que fuera necesario. «Ahora mismo es todo una incertidumbre», indica Moreno durante el acto de clausura de esta nueva promoción de profesionales que culminan la residencia, la mayoría médicos pero entre los cuales también hay enfermeros, psicólogos y farmacéuticos.

Cuatro meses es el tiempo que le han ofrecido a Alberto García para que siga en el Clínico en la unidad de aparato digestivo. «Ha sido una experiencia maravillosa. Ha sido mi primer trabajo y una oportunidad para aprender, tener responsabilidad y conocer gente», expone este joven de Granada que cursó sus estudios en Málaga y se decantó por este hospital aunque no descarta moverse por el resto de la región en busca de una plaza si es necesario.

Desde eliminar lunares hasta tratar en quirófano ganglios centinelas o patologías tumorales que requieren de injertos o sedación. Los cuatro años en la unidad de Dermatología han sido entre consultas, plantas y quirófanos para Álvaro Barranquero. En un principio se queda tres meses con opción de ampliar en el Hospital Clínico, una actividad que compatibilizará con Vithas Xanit. «Es una especialidad que está en auge y no salen tantos dermatólogos», explica Barranquero para que se comprenda su futuro más próximo, una práctica muy extendida entre los especialistas de esta área.

Especialidades con demanda

El cardiólogo y jefe de estudios de los residentes, Fernando Cabrera, asegura que las especialidades que en este momento tienen más facilidad para incorporarse al mundo laboral son cardiólogos, oftalmólogos, dermatólogos, oncólogos y anestesistas. «A estos profesionales no les va a faltar trabajo», explicó Cabrera, quien asegura que la política futura del centro y por lo que apuesta la propia dirección es incorporar a sus plantillas a aquellos MIR y profesionales que culminen su residencia. Una idea a la que sumó el recorte de residentes que sufrió la sanidad andaluza en los años de crisis y que ahora se nota en las unidades. Las más afectadas han sido Medicina Interna, Medicina Intensiva, Dermatología, Digestiva y Cardiología.

Otras especialidades lo tienen más difícil para incorporarse a la sanidad pública y la privada es casi la única opción para ejercer. Es el caso de los psicólogos. Paloma Ruiz acaba de culminar el PIR en psicología clínica y aunque su idea inicial era hacerse un hueco en la sanidad pública, la experiencia de estos años le ha hecho ver que es un campo muy difícil, por lo que se tiene que «adaptar a las circunstancias» y no cierra la puerta a la sanidad privada. Cuatro años de aprendizaje en hospitales y centros de salud en los que ha centrado su actividad en terapias de familia, grupo, psicopatologías y aceptación de las emociones ante un problema orgánico. Mientras tanto, ayer celebraron el fin de esta etapa, la primera vez que el Hospital Clínico realiza un acto de despedida para los que han formado parte de su familia durante los últimos cuatro años.