"El orgullo de haber hecho las cosas bien". Con esta frase ha resumido esta mañana el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, la trayectoria del PP al frente de la institución en los últimos cuatro años. Son tiempos de descuento en la calle Pacífico y para su actual equipo de gobierno, que entrará en funciones a partir del 26 de mayo, a la espera de que se constituya el nuevo ejecutivo, una vez que se conozcan los resultados electorales del domingo. Antes de celebrar el último pleno ordinario correspondiente a este mandato, Salado ha comparecido ante los medios de comunicación para informar sobre el reparto del remanente que se ha acumulado en las cuentas de la Diputación. Una cantidad nada despreciable, según Salado, que no dudo en recordar que el PP heredó hace ocho una institución deficiente, que asciende hasta los 37 millones de euros. De esa cantidad, unos 19,6 millones serán reinvertidos por la Diputación. En concreto, 16,6 millones de euros serán destinados de forma incondicionada a los diferentes municipios de la provincia, variando las cantidades según la población. Otros tres millones de euros serán transferidos a los municipios afectados por las últimas inundaciones. También habrá una partida de 3,6 millones de euros a la mejora de los caminos rurales.

En el reparto de las cantidades económicas, el equipo del gobierno, a través de una modificación presupuestaria, también contempla nuevas partidas para entes ligados directamente a la Diputación o para el patrocinio de eventos deportivos (150.000 euros). Así, La Térmica recibirá 70.000 euros, con el objetivo, según se ha explicado, de seguir llevando la cultura a todos los pueblos de la provincia. Sabor a Málaga recibe una partida de 200.000 euros y también se verá beneficiada la marca de promoción Málaga de Moda, de más reciente creación.

Salado, que sustituyó a Elías Bendodo tras su marcha a la Junta de Andalucía, hizo un breve balance de estos últimos cuatro años en los que el PP ha gobernado gracias al apoyo de Ciudadanos. "Dejamos los deberes bien hechos", ha concluido, sin ahorrar en parabienes dedicados a la formación naranja. Aunque no ha entrado en futuribles escenarios postelectorales, queda patente la voluntad por parte del PP para revalidar el pacto si el número de diputados tras el 26 de mayo así lo permitieran. Porque el control de la Diputación será otra de las grandes batallas aparejada a la contienda electoral de este domingo. El PP gobierna en la calle Pacífico desde el 2011 y tanto el PSOE como IU han establecido su recuperación de máxima prioridad. No obstante, todo dependerá de las hipotéticas sumas que dejen las urnas.

La buena sintonía existente entre el PP y Ciudadanos se ha visto confirmada también por la portavoz de la formación naranja, Teresa Pardo, que ha comparecido junto a Salado, y ha querido suscribir las palabras y valoraciones efectuadas por el presidente de la Diputación. Según Pardo, su formación ha logrado imponer a lo largo de los cuatro años su estampa a la Diputación y el equipo de gobierno popular habría cumplido con los puntos que se han ido negociando paulatinamente a lo largo de estos cuatro años. Como muestra de la estabilidad imperante, el hecho de que el PP ha logrado sacar adelante los cuatro presupuestos, siempre con el apoyo activo de Ciudadanos. Al igual que Salado, Pardo tampoco ha querido mojarse sobre escenarios futuribles, aunque también ha dejado entrever su predisposición a que se revalide el pacto.

El propio pleno en sí, servirá ya como escenario de batalla preelectoral pura y dura. Sin muchas decisiones que adoptar, los partidos de la oposición, con el PSOE a la cabeza, tratarán de arrancar una reprobación de última hora a Salado. El motivo esgrimido, la gestión, incompetente para el PSOE, del último episodio sobre el Museo Taurino y su intento de desahucio, frenado a última hora. Un asunto que seguirá siendo una patata caliente, no cabe duda, para el futuro equipo de gobierno en la Diputación. Quedará por ver, eso sí, el color político del mismo.