Está en pleno centro de la ciudad, en una vivienda que se remonta al siglo XVIII y que, a ojo de aquellos que pasan a diario por el lugar, no despierta interés por saber qué alberga en su interior. El Museo del Vidrio y Cristal es un gran desconocido en su tierra, sin embargo, reúne una de las grandes colecciones de vidrio con piezas que recorre desde el siglo sexto a.C. hasta la actualidad.

Ubicado junto a la Iglesia de San Felipe Neri, en la plazuela Santísimo Cristo de la Sangre, Gonzalo Fernández-Prieto abrió las puertas de este museo que acoge más de 2.000 piezas en total, un lugar de referencia para ahondar aún más en este arte reconocido en toda Europa y EEUU pero que no goza del prestigio que merece en España. «Mi misión es transmitir conocimiento para que la gente sepa y lo aprecie», explica el dueño de esta colección. Una visita guiada para recorrer la historia a través del vidrio en la que se puede ver gran parte de la amplia colección que tiene este coleccionista afincado desde hace años en Málaga perteneciente a la corriente moderna del studio glass (diseño y ejecución creado a manos del artista). Hasta 400 obras posee, de las cuales tiene disponibles para el público entre 60 y 70 por falta de espacio en el museo. Este domingo 26 de mayo, con motivo de su décimo aniversario, la entrada será gratuita.

La ampliación del museo es el próximo proyecto de Fernández-Prieto

. Adquirió un solar para dar continuidad al museo pero por cuestiones burocráticas está paralizado. Aun así, el dueño espera la pronta resolución para poner en marcha la creación de un jardín de cristal, un concepto novedoso inspirado en el artista Chihuly en EEUU, donde tiene algo similar, y espacio en el que el coleccionista podría colocar su obra de studio glass completa.

Diez años han pasado desde que abrió el museo y reconoce la evolución de la ciudad que ha apostado por la cultura y la apertura de nuevas pinacotecas hasta convertirse en un referente. Sin embargo, asegura que queda mucho por hacer dentro de una industria que arrastra hasta tres millones de personas sin empleo, o dar más reconocimiento al vidrio y su evolución artística. «La historia del vidrio es antiquísima. Solo el ser humano puede transformarlo de esa forma», sentencia.

«¿Tú sabías que Picasso trabajó el vidrio?, ¿o Dalí? Es un mundo ignorado y así nos va», expone Fernández-Prieto, quien asegura que el grueso de sus visitantes son extranjeros ya que en gran parte del mundo este arte decorativo tiene más peso y el boca a boca ha posicionado a Málaga como uno de los puntos a visitar por aquellos interesados en este campo. «Me gustaría que lo conocieran más los malagueños pero te aseguro que entre los que han venido nadie sale descontento. Es una casa del siglo XVIII que gusta mucho», explica el dueño del museo, un apasionado del vidrio que está inmerso en este mundo desde su juventud.

Piezas de Dale Chihuly,el número uno de los creadores de vidrio contemporáneo en el globo terráqueo;

Claude Morin, el iniciador del movimiento Studio Glass en Francia;o la profesora Ingrid Conrad-Lindig, una de las mujeres más importantes dentro de esta vertiente, junto a la artista americana Elaine Hyde; Pedro Ramírez, uno de los mejores arquitectos mexicanos del siglo XX; o de Saeed Golkar, un virtuoso procedente de Irán, son algunos de los artistas que están detrás de las obras del Museo del Vidrio y Cristal.

Su entrada habitual es de seis euros -cuatro la tarifa reducida- y todos los visitantes se adentran en el museo acompañado de un guia que ofrece una experiencia única y adentrarse un poco más en este mundo desconocido por muchos.