Era otra de las grandes dudas aparejadas a la cita electoral. Saber de qué lado se iba a inclinar la Diputación. Después de una noche de calculadora en mano, el PP de Málaga ha confirmado esta mañana que seguirá gobernando la calle Pacífico, después de que tomara la institución por primera vez en 2011. Ni 24 horas después del escrutinio, también se va perfilando la persona elegida para presidir la Diputación. Con altísimas probabilidades, volverá a ser Francisco Salado. El también alcalde del Rincón de la Victoria que tomó el relevo de Elías Bendodo, cuando éste se fue con Juanma Moreno, comenzará a escribir así su propio legado político y abrirá la nueva legislatura desde el principal puesto de mando. No hay aún una ratificación oficial, pero indicadores suficientes para dar por hecho que será Salado. El propio Bendodo, al ser preguntado esta mañana por esa posibilidad, ha dejado claro que es "el mejor candidato posible". Ambos han coincidido en una rueda de prensa en la sede del PP en Málaga, donde se han analizado a fondo los resultados del 26M. Salado, por su parte, se ha limitado a decir que "se pone a la disposición de su partido". Lo que equivale, de facto, a un sí. Aunque también ha insistido en que su prioridad pasa ahora por hacerse con la alcaldía del Rincón de la Victoria. Su candidatura fue la más votada, pero el PP está necesitado de pactos para alcanzar la mayoría absoluta en el municipio. Según marcan los plazos, la Diputación se constituirá una semana después de que lo hagan los ayuntamientos de la provincia. Si al PP le salen las cuentas, que deberían hacerlo sin grandes problemas, antes de que acabe junio Salado gobernará tanto en el Rincón de la Victoria como en la Diputación.

Los buenos resultados electorales del PP en la provincia han hecho que la Diputación vuelva a caer en sus manos. Tras un gobierno con mayoría absoluta en 2011, los populares alcanzaron un acuerdo con Ciudadanos en 2015. Una fórmula que se disponen a revalidar ahora, una vez que se ha constatado la ausencia de mayorías absolutas en la Diputación. Y eso que el PP la ha vuelto a bordear. Habrían faltado unos mil votos, según ha explicado el propio Bendodo. El consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía se ha mostrado, en todo caso, muy optimista respecto a las posibilidades de calcar la fórmula empleada en 2015. Y es que la aritmética no ha variado para el PP y sus 15 diputados obtenidos. Sumando los dos de Ciudadanos, alcanzarían la mayoría absoluta, marcada en 16 diputados. El PSOE sube un diputado y se va a hasta los 12 y Adelante Málaga revalida los dos que ya tenía IU en la Diputación. Una suma insuficiente para alcanzar un gobierno de izquierdas.

El escenario que ha dejado el 26M en la Diputación hay que sumarlo, sin duda, a las grandes frustraciones del PSOE en estas municipales. Recuperar la institución que se perdió en 2011, que cuenta con un presupuesto de 300 millones de euros, fue marcado por el partido como objetivo máximo. Una tacha, también, para José Luis Ruiz Espejo, el secretario general del PSOE en Málaga. Después de finalizar esta legislatura al ritmo de la música que había dejado Bendodo, Salado partiría con la oportunidad de crear su propia letra. Aunque en el PP ya hablan sin tapujos de la Diputación como un modelo de éxito que "se estudia en las escuelas empresariales". No cabe esperar, entonces, grandes revoluciones. La consolidación del Caminito del Rey y de la marca de Sabor a Málaga seguirán formando parte de los objetivos, a los que habría que sumar nuevos proyectos, además de mantener las inversiones para los municipios de menor población de la provincia.

Todo eso sin dejar de lado la perspectiva política. Las diputaciones, además de prestar servios a los municipios, son grandes núcleos de poder. Un auténtico báculo para quien sustenta la presidencia, ya que abre las puertas a las alcaldías de todos los municipios y permite una interlocución directa con todos sus regidores. Además de ofrecer una serie relación de puestos de trabajo que dependen directamente de la designación que haga en exclusiva el propio presidente. En este caso, salvo giro inesperado de los acontecimientos, volverá a ser Francisco Salado, con apoyos puntuales o en coalición con Ciudadanos.