Francisco Naranjo apenas ha necesitado dos horas en la mañana de este viernes para eliminar la mancha de spray negro producida por la acción vandálica de la que fue objeto la imagen del Cristo del Santo Traslado el día anterior. Para ello, la talla fue retirada del culto y llevada a otra dependencia parroquial, en la que el restaurador ha retirado la pintura a punta de bisturí, aprovechando que estaba en superficie y fresca todavía.

"Con el disolvente se movía", explica Naranjo, que tras retirar el grafiti ha procedido a igualar la pátina con una veladura.

A las 10 de la mañana de este viernes ya se encontraba en San Pablo para llevar a cabo esta restauración y a las dos horas la daba por concluida. Sin embargo, la imagen no regresará al culto en su capilla hasta este sábado por la mañana, para permitir la consolidación del trabajo aplicado sobre el brazo afectado por este ataque.

El hermano mayor de la Soledad de San Pablo, Prado Hernández, volvió a mostrar su indignación por el atentado sufrido por la imagen, pero a la vez quiso mostrar su agradecimiento por las muestas de apoyo, cariño y solidaridad recibidas por los cofrades. "Sientes mucha indignación e impotencia, pero ante esto solo podemos actuar como hemos hecho, de la manera más rápida posible para solucionarlo con diligencia", señaló.

Hernández explicó que "la imagen no ha sufrido nada" y que para evitar que esté tan al alcance del público que visita San Pablo, aunque era una opción meditada en la cofradía desde hace tiempo, van a proceder a instalar una reja de 1,70 metros de altura rematada en punta, "para evitar que el Cristo esté tan a la mano y que nadie pueda saltar". "Ayer mismo estuvimos tomando medidas con el herrero y por la tarde nos encontramos con esto", se lamenta.

Como sospechaba, las cámaras de seguridad de San Pablo no han podido registrar imágenes por la presencia de un andamio en la nave donde se encuentra la capilla de los titulares, ni se ha podido identificar al responsable de este acto vandálico.