­Hay una escena que sirve para resumir la noche electoral en la provincia. Son las 23.30 horas y el escrutinio está ya muy avanzado. La sede del PP ofrece una acumulación elevada de felicidad. De repente, suena Freddie Mercury y todos se ponen en pie para vitorear a Francisco de la Torre. El alcalde toma la palabra, alaba a los malagueños y se declara como ganador de las elecciones. Suben los decibelios y lo hacen aun más al ver que la pantalla que cuelga de la pared no dejan de emitirse resultados que le son muy favorables al PP en toda la provincia. Marbella, Fuengirola, Antequera, Estepona... Las mayorías absolutas se cuentan y en un punto empiezan a faltar dedos. Así, hasta llegar a las 24 y, entonces, lo único que le falta al PP es salir a la calle a tirar cohetes. En una noche electoral, los resultados se pueden medir en base a la felicidad que impera entre los afiliados y simpatizantes. El PP salió como triunfador absoluto de la cita municipal, mejorando, incluso, los resultados obtenidos en 2011, cuando la música de derrumbe en el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero llevó a los populares a sus mejores resultados en la provincia. Las emociones vertidas, incluso alguna lágrima, tienen su correspondencia en los fríos números que dejó la resaca electoral. El PP ha ganado en 35 municipios de la provincia, obteniendo 24 mayorías absolutas. El número de concejales en la provincia se eleva de 398. Si logra atar las alcaldías que le están aún bailando en las negociaciones que se iniciaron ayer a todos los niveles y teniendo en cuenta que controla las ciudades de mayor tamaño, el PP podría gobernar para el 90% de la población en la provincia.

Con este contexto, el presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo, no hizo mucho esfuerzos por contener la euforia en el primer comité de dirección que celebró el partido para analizar los resultados electorales. El PP, aseguró, sale reforzado a todos los niveles. El resultado electoral blinda la autoridad de Bendodo. La solvencia de los candidatos populares contiene y anula en gran medida el hostigamiento de Vox, que solo entra con claridad en Torremolinos, y deja al PP de Málaga como uno de los referentes a nivel andaluz. A rebufo, ya, del oasis espiritual que es para el PP la provincia de Almería. Y Bendodo, siempre combativo en lo político, quiere más. Para ensanchar el registro de alcaldías, explicó que en el PP ya se ponen a trabajar para dialogar con cualquier partido que pueda facilitar un gobierno del PP en los ayuntamientos que todavía dependen de pactos. Con una preferencia por expandir la fórmula andaluza a toda la provincia, donde ya vislumbra varios ayuntamientos en coalición con Ciudadanos y basados en apoyos puntuales de Vox. El ejemplo más significativo, el de Torremolinos, donde Margarita del Cid ha logrado apuntarse el triunfo, aunque sin garantía de gobernar por el momento. En el bando de los perdedores de la noche electoral hay que situar al PSOE. Es el partido más votado en 48 municipios, pero se deja por el camino las alcaldías más importantes de la Costa, con excepción de Benalmádena, donde Víctor Navas representa la estrella más brillante junto a Jorge Gallardo en Cártama. De nuevo, lo suyo vuelve a ser la única alcaldía socialista de mayoría absoluta en un municipio con más de 20.000 habitantes. A pesar de estas dosis de almíbar, el sabor que queda para el PSOE es amargo. En la capital, se agranda la leyenda de la derrota y nunca ha habido, a priori, un contexto tan favorable para arrebatarle la alcaldía al PP. «Ahora o nunca», repetían una y otra vez. La sensación de que puede ser nunca penetra en la médula del partido. Tampoco refuerza al secretario general, José Luis Ruiz Espejo, cuyo bagaje en las citas electorales se marca en números rojos.

Las elecciones han supuesto un baño de realidad para Ciudadanos, que baja su representación en municipios donde en 2015 obtuvo buenos resultados, como en la capital, Rincón de la Victoria o Torremolinos. Decepcionante, también, el resultado en Marbella, donde solo se ha conseguido un concejal. Todo esto no impedirá que los resultados se vendan, marca de la casa, como un triunfo. A Cs le salva su posición de ser determinante y el municipio de Guaro, donde ha logrado la mayoría absoluta. En Mijas se podría gobernar con un encaje de bolillos similar al de 2015. También en Alcaucín, pero aquí se acaban ya las perspectivas de alcaldías.

Adelante Málaga, la confluencia de IU y Podemos, gobernará en cinco plazas que son de toda la vida: Casares, Manilva, Istán, El Burgo y Sedella.