Sordera, perturbación del sueño o sensación de percibir sonidos que no llegan del exterior son algunas consecuencias que sufre la población por un nivel de ruido inaceptable, según los expertos de la campaña El ruido nos quita vida, que alertan de que algo común como unos auriculares pueden ser «armas de destrucción masiva».

La Comisión Europea señala que cerca del 20 por ciento de la población de la Unión Europea sufre niveles de ruido que expertos y científicos consideran inaceptables y que causan molestias, perturbación del sueño y efectos adversos.

Estas dolencias son especialmente preocupantes por su incipiente aparición a edades muy tempranas, ha apuntado a Efe el jefe de Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Málaga, Rafael Ruiz, quien señala que hasta hace unos años se daban en personas expuestas a mucho ruido por motivos laborales.

El cumplimiento de la «regla del 60/60» sería «necesario» en el uso de estos aparatos, mandato por el que se debería oír a través de auriculares «como mucho» al 60 por ciento de la intensidad total del volumen del dispositivo al que estén conectados, y como máximo 60 minutos al día.

«Es un error intentar ir con los auriculares oyendo música, por ejemplo, e intentar tapar todos los sonidos a costa de aumentar el volumen del que tú estas escuchando», ha manifestado.

El doctor ha aludido a datos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que en una encuesta realizada en Málaga, el elemento contaminante que más preocupa a las personas es el ruido, por encima de la suciedad, los residuos o la falta de parques y jardines.

Rafael Ruiz es ponente en la campaña El Ruido nos quita vida, promovida por Fundación Unicaja, mediante la cual ha trasladado a jóvenes a través de la ponencia #Ruidoff. Por una vida sin ruido pautas para hacer un uso adecuado de los auriculares.

Este experto ha afirmado que el ruido es hoy un «fenómeno social», presente «en exceso» en discotecas, conciertos, y sobre todo, en el uso continuo de los móviles.

A pesar de que los jóvenes son los que más frecuentan este tipo de lugares y usan más el móvil, considera que en todas las edades se hace una «mala gestión del ruido».