El pasado viernes, la Junta de Andalucía presentó sus Presupuestos para 2019 y ayer tocó remachar. Los ocho delegados provinciales se desplegaron para desgranar unas cuentas que, si obtienen el visto bueno parlamentario, entrarán en vigor el próximo 18 de julio. La tramitación de los Presupuestos se iniciará el día antes en el Parlamento andaluz. En la capital, la encargada de comparecer ante los medios fue la delegada de la Junta de Andalucía en Málaga, Patricia Navarro. Mucha convicción y pocas clarividencias nuevas, más allá de las cifras que ya se conocieron el viernes. Eso es, a grandes rasgos, lo que ofreció una comparecencia que se prolongó de manera inusual y rozó los 50 minutos de duración. Navarro, entraba dentro de lo previsible, además de repetir un maremagno de cifras, se centró en lanzar mensajes y valoraciones de corte político para ensalzar unas cuentas de suma importancia para medir la salud del Ejecutivo PP-Ciudadanos en la Junta.

«Combinan una inversión inédita con una bajada de impuestos», resumió para espantar el fantasma de un Gobierno que iba a recortar en gastos sociales a cambio de privilegiar a las capas sociales más pudientes. El mismo fantasma al que insufla vida el PSOE y Adelante Málaga desde que el presidente, Juanma Moreno, tomara posesión de su nuevo cargo. Lejos de ello, para Navarro son el resultado del buen hacer y sirven a la vez como antídoto y modelo de confrontación a los anteriores Presupuestos de color socialista. «Estamos ante unas cuentas creíbles», dijo en alusión a anteriores presupuestos del PSOE que, si bien es cierto que pudieran presentar partidas más elevadas en algunas áreas, luego no habrían servido de mucho porque esas partidas nunca se llegaban a ejecutar. En relación a la provincia, recordó las cifras ya conocidas: 153,1 millones de euros de inversión total, en la que las obras y el mantenimiento del metro se llevan un generoso bocado. «Estas cuentas suponen el instrumento necesario para sacar del cajón los proyectos olvidados por el PSOE», explicó. No obstante, sobre la fecha para la finalización de las obras del metro, tampoco pudo ofrecer concreción. El malestar con esta infraestructura está entre los malagueños, pero también parece calar ya en los propios políticos. Fue sintomático ver el creciente malestar que generaba en Navarro cada pregunta que le caía al respecto. Tuvo que admitir que no existe una partida concreta para el estudio sobre la viabilidad o no de llevar el metro hasta el PTA, como sí había anunciado Moreno en su visita reciente a la tecnópolis, durante la campaña para las municipales del pasado 26 de mayo. Los mensajes, eso quedó claro, están bien incrustados en los responsables del Ejecutivo PP-Cs. Navarro insistió en la etiqueta del «gobierno del cambio» y subrayó que «la bajada de impuestos genera más confianza y más empleo». Incluso, habló de unas cuentas ideales, que ofrecen motivos suficientes para sentir «orgullo». Cabe recordar, no obstante, que se está ante unas cuentas de corto recorrido, pues solo abarcan lo que queda de año.