Un joven acusado de agredir sexualmente a cuatro mujeres en garajes de la barriada de Teatinos, en la capital malagueña, que se enfrenta a una petición fiscal de 65 años menos un día de prisión, será juzgado el 8 y 10 de julio en la Audiencia Provincial de Málaga. Fuentes judiciales han informado a Efe de que la ley permite prorrogar como medida extraordinaria hasta los cuatro años la prisión provisional, algo que ya se hizo con el procesado, que lleva en la cárcel desde el 24 de septiembre de 2015, pero ha sido necesario señalar la fecha del juicio con urgencia debido a que en septiembre se cumple el plazo.

El procesado, que actualmente tiene 32 años, está acusado de dos delitos de violación, dos agresiones sexuales en grado de tentativa (uno de ellas con uso de instrumento peligroso), estafa, robos continuados con fuerza en las cosas, así como robos con violencia e intimidación con uso de instrumento peligroso, detención ilegal y lesiones, entre otros.

El supuesto violador tiene cuatro sentencias firmes dictadas por juzgados de Madrid por delitos de robo con fuerza en las cosas que suman una pena global de cuatro años y seis meses de prisión y, en este caso, el fiscal considera que ha concurrido las circunstancias agravante de "aprovechamiento de las circunstancias del lugar y tiempo", además de reincidencia y uso de disfraz.

Los hechos que serán juzgados se produjeron entre julio de 2014 y septiembre de 2015, cuando La Opinión de Málaga destapó el caso con una de las agresiones apenas dos días antes de que finalmente fuera identificado y detenido. Durante esos dos días volvió a actuar. En todas las agresiones actuó con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales y causar un perjuicio físico, según el escrito acusatorio, al que ha tenido acceso Efe. Golpeó a sus víctimas, las amenazó de muerte, las humilló, ató y les puso cinta aislante en la boca además de atemorizarlas con un destornillador o una llave inglesa e incluso en una ocasión encerró a una de ellas en el maletero de un vehículo al menos una hora, hasta que un vecino acudió en su auxilio.

Además, en varias ocasiones les exigió las tarjetas de crédito para luego acudir a las correspondiente entidades bancarias a sacar dinero y fotocopió el DNI de una de ellas para saber donde vivía con la amenaza de matarla si le denunciaba.

Respecto a los vehículos cometió quince robos en los aparcamientos comunitarios donde cometió las agresiones sexuales y un trastero.

Las víctimas sufren trastornos de adaptación que condicionan su personalidad de forma permanente y una de ellas tiene un daño psíquico compatible con un trastorno de estrés postraumático que le incapacita para ejercer su actividad laboral con tratamiento farmacológico y psicoterapéutico.