Una semana más importante que otras. Este sábado, 15 de junio, es la fecha prevista para la constitución de los ayuntamientos de toda la provincia. Ese día se celebrarán los plenos para investir a los respectivos alcaldes y determinar el color político de los municipios para los próximos cuatro años. Son momentos definitivos para cerrar unos acuerdos cuyos detalles se están perfilando en infinitas negociaciones, que se están celebrando ahora mismo a múltiples niveles. Pero la provincia llega a estos días clave sin apenas ningún acuerdo fijado de manera definitiva en los grandes ayuntamientos que aún están en disputa.

Prima el sigilo. El ahora no puedo hablar por respuesta, si no es directamente el contestador telefónico que salta a modo de espantapájaros para periodistas que no dejan de llamar y llamar. Cotizan al alza los encuentros discretos en hoteles y bares. Los colaboradores más versados para trazar hojas de ruta y fijar planes de gobierno están haciendo horas extra. El objetivo es alcanzar el máximo poder territorial. En la provincia de Málaga, en los ayuntamientos que están todavía en liza, hay un argumento que lo fija todo: lo que diga Ciudadanos (Cs). Al igual que pasó en 2015, la formación naranja será decisiva para cuadrar un puzle que bien puede dejar al PP gobernando en casi todas las ciudades más importantes de la franja costera, o bien puede concederle aún al PSOE la posibilidad de retener algunas de las plazas que los socialistas lograron asaltar hace cuatro años cerrando acuerdos a tres o cuatro bandas.

Las negociaciones siguen marcadas, en todo caso, por una clara preferencia en las alianzas. Es la que Cs quiere tener con el PP, designado con toda la oficialidad como «socio preferente». Después de irrumpir en 2015, los de naranja emprenden una nueva andadura en este mandato, que pasa por entrar en gobiernos allí donde les sea posible. Voluntad y necesidad de adaptarse a unos resultados que no han sido los deseados, se mezclan con las órdenes que llegan desde la cúpula del partido. Los concejales naranja tienen verdaderas ataduras con las líneas marcadas e impera la disciplina de partido. El caso de Juan Cassá El portavoz tenía en mente soltar amarras con el alcalde Francisco de la Torre, y había en él una clara predisposición para alcanzar un acuerdo con el socialista Daniel Pérez.

Al final, será todo lo contrario. Habrá una coalición PP-Cs en el Ayuntamiento de Málaga Los dos partidos lo harán oficial para finales de semana. Fuentes de la negociación insisten en la «buena predisposición» entre ambos partidos. Aunque Cassá haya tenido un encuentro con De la Torre, la persona que lleva las negociaciones con el alcalde en funciones es el parlamentario de Cs, Javier Pareja, que se encuentra desplazado en Sevilla. Eso no impide que mantenga contacto directo con De la Torre por vía telefónica. «Es difícil cuadrar las agendas, eso sí», se señala sobre la demora que se está produciendo para oficializar un acuerdo que ya se da por hecho en la capital. Igual de avanzado está el panorama en Rincón de la Victoria, donde el anuncio de un acuerdo entre el PP y Cs es solo una cuestión de horas y Francisco Salado seguirá al frente del Ayuntamiento. Hay otros dos municipios que son clave y muy deseados. Torremolinos y Mijas. Cs vuelve a tener la llave. Y la voluntad del partido es firme para las dos ciudades: hacer alcalde al candidato del PP. En Torremolinos, José Ortiz aún confía en que el cabeza de lista naranja, Nicolás de Miguel, pueda hacer valer su constatada preferencia de pactar con el PSOE. En Mijas, Juan Carlos Maldonado da por «imposible» que pueda revalidar la alcaldía. Incluso, podría acabar tragando con el sapo de hacer alcalde a Ángel Nozal.

Donde sí hay ya acuerdo es en Vélez, donde el PSOE seguirá gobernando ahora coalición con el GIPMTM; en Benalmádena, que seguirá teniendo como alcalde al socialista Víctor Navas con IU, y en Ronda, donde Maripaz Fernández (PP) ha pactado con APR y Cs.