«Aquí entran mujeres con menores y una orden de alejamiento para sus parejas. Se te dice que van a darte un empujoncito en la vida laboral pero no ha habido nada», cuenta María (nombre ficticio), que lamenta que tras cinco años en un bloque con tres pisos municipales de acogida para mujeres víctimas de violencia de género, ha sido la única en recibir un curso de formación laboral: 500 horas de 'community manager'.

«El resto, nada, he tenido que ser yo la que encuentre trabajo para cuatro personas y yo misma he encontrado un empleo», explica. En la actualidad, en los tres pisos viven cuatro familias con siete menores en total.

Para ella, «el que en cinco años sólo hayamos recibido un curso es muy lastimoso, y con los alimentos pasa lo mismo: también tenemos que buscarnos la vida». En este sentido, cuenta que algunas mujeres se ven obligadas a acudir al reparto de alimentos de la asociación de vecinos de Lagunillas.

Para María, la situación de las mujeres maltratadas en estos pisos es «una pescadilla que se muerde la cola», porque sin un buen empleo no pueden encontrar un alquiler en condiciones que les permita salir de los pisos de acogida, «que es lo que queremos todas».

«A algunas mujeres les dan la ayuda social del alquiler. He estado con los servicios sociales del Ayuntamiento buscando inmobiliarias y los propietarios no nos alquilan una vivienda», critica.

A este problema se suma lo que considera presiones de los asistentes sociales para dejar las viviendas municipales, algo que provoca crisis de ansiedad en las mujeres.

«Teníamos una asistenta social que machacaba a las mujeres porque decía que a los seis meses, o se iban del piso o les quitaba los niños. Por suerte ya no está, pero ahora siguen haciendo lo mismo pero de una manera más silenciosa. Si no hay más mujeres denunciando aquí es porque tienen miedo», subraya.

Trabajo por 300 o 400 euros

En el caso de Pilar (otro nombre ficticio), una joven que tuvo que dejar por maltrato una provincia andaluza y mudarse a Málaga con sus hijos pequeños, en los cuatro años que ha pasado en el piso de acogida, cuenta entre lágrimas que no ha recibido ningún curso de formación, «y a los seis meses ya me querían echar del piso, lo he pasado muy mal con la amenaza de que me iban a quitar a los niños si no encuentro trabajo», lamenta.

Pilar encontró trabajo: durante tres años ha sido camarera, pero con un sueldo de 600 euros, que muchos meses se quedaba en 300 o 400, más que insuficientes para plantearse buscar un alquiler. Tampoco ha podido encontrar piso con el alquiler social y ahora lleva una semana sin empleo. Hace 15 días, por cierto, se desmayó por una crisis de ansiedad, y no es la primera vez que acude a un centro de salud por esta causa.

«No quiero que se venga abajo, ella es muy joven, pero sí que es verdad que estos pisos no están para empoderar a las mujeres. Dicen que hay recursos pero los recursos no se activan», critica María, que señala que se ha convertido en la «madre» de las mujeres de este bloque, y si no deja el piso es para no permitir que sigan «las presiones» de los asistentes sociales.

«Ruth Sarabia y Mar Torres lo han hecho muy bien, siempre han estado ahí, pero sí que es verdad que el equipo que tienen no es el correcto», señala María, que destaca que, desde hace un año, los pisos municipales los gestiona la ONG Accem pero los problemas y las carencias siguen siendo los mismos. Por este motivo, reclama una reunión con el alcalde «de forma urgente porque no se ve una mejora, para que conozca este problema».

Respuesta de Accem y Del Corral

Una portavoz de la ONG Accem declaró a este diario que las mujeres se encuentran «en pisos de transición pero hay mucha flexibilidad» con los periodos de estancia. También señaló que existe una tutorización para lograr la autonomía de las mujeres y la salida de las viviendas, pero si no se dan las condiciones «en ningún momento va a estar una mujer en la calle». También destacó que en la mayoría de las mujeres de pisos de acogida «captamos una satisfacción muy buena».

Por su parte la nueva concejala de Derechos Sociales, Gemma del Corral, declaró a La Opinión que está segura de que el área que dirige está haciendo «todos los esfuerzos» para la atención integral a las mujeres maltratadas, «poniendo todos los recursos al servicio de estas mujeres y sus familias», y se comprometió a analizar «el nivel de éxito de esas políticas por si hubiera que reforzarlas».