El investigador Félix Álvarez Martín presenta este miércoles, 26, a partir de las 19 horas, en la sede del Colegio de Abogados de Málaga, en el Paseo de la Farola, 13, la segunda edición, corregida y mejorada, de la obra 'La lista de Smerdou. Los refugiados de Villa Maya. Málaga 1936-1937', editada por Ediciones del Genal.

Se trata de un ensayo histórico en el que Félix Álvarez aporta documentos inéditos sobre el que fuera cónsul de México durante la Guerra Civil, Porfirio Smerdou, quien convirtió su domicilio particular, Villa Maya, en El Limonar, demolido en marzo, en refugio de cientos de malagueños. A la vista de la documentación aportada, entre las personas que ocultó en Villa Maya y a las que proporcionó pasaporte o salvoconducto, se estima que salvó la vida a entre 450 y 500 personas.

Una vez tomada Málaga por las tropas de Franco, el cónsul mexicano continuó su labor humanitaria y también salvó la vida a un grupo de republicanos malagueños, a los que escondió en el consulado de Argentina, que se había quedado vacío.

Pese a esta intesa labor humanitaria, la dictadura de Franco le abrió expediente en 1946 por haber ingresado durante un fugaz periodo en la masonería y llegó a enfrentarse a una condena de 12 años y un día, aunque finalmente fue absuelto por el Consejo de Ministros, si bien debió permanecer cerca de diez meses en arresto domiciliario hasta su absolución.

Este es uno de los aspectos, poco conocidos de Porfirio Smerdou que aborda la obra de Félix Álvarez, quien destaca en una nota que la presentación de esta segunda edición en el Colegio de Abogados, ligado a una profesión que tiene encomendado "la defensa y el cumplimiento de la ley", es una ocasión para recordar que las garantías "de las que hoy disfrutamos" y derechos como a un juicio justo, la irretroactividad de las normas penales no favorables, pero también la protección del patrimonio histórico, "no sólo pueden serlo en el terreno teórico sino que, como juristas al servicio de los ciudadanos, debemos exigir, por sus cauces legales, su cumplimiento".

La demolición de Villa Maya, considera el investigador, es también el reflejo "del fracaso de las administraciones autonómica y local, titulares de competencias en la protección del patrimonio histórico, por la descoordinación entre ellas, de la que puede derivar responsabilidad tanto patrimonial como de otra índole".