Unicaja Banco ha encargado a la consultora Oliver Wyman un plan estratégico para el periodo 2020-2022 que tiene como objetivos reducir los costes de la entidad (con una parte importante referida a la parte laboral) y los activos no productivos, a la vez que mejorar la rentabilidad, los ingresos recurrentes, el negocio y la transformación digital. El nuevo plan, adelantado en su edición de ayer por algunos medios nacionales, sustituirá al vigente, que abarca de 2017 a 2020, ya que el banco considera que la línea de actuación tiene que ser replanteada ya para este próximo ejercicio ante un nuevo escenario global «complejo» que está obligando a todo el sector financiero a reorganizar sus estrategias.

Fuentes del sector detallaron ayer a este periódico que la reducción de costes laborales se basará en el plan de desvinculación voluntaria de 1.000 trabajadores en tres años que se aprobó el pasado mes de diciembre (Unicaja tiene una plantilla de 6.852 empleados), y para la que dispone de dotación. La entidad ha destinado 184 millones de euros para sufragar este plan de desvinculaciones, de los que 144 se dotaron ya el pasado año y otros 40 ha sido provisionados en este 2019. La salida de los trabajadores se realizará de forma escalonada durante 2019, 2020 y 2021. Del millar de empleados que abandonarán de forma voluntaria la entidad, 750 son trabajadores del banco y los otros 250 pertenecen al grupo (donde se incluyen las diferentes filiales).

El plan estratégico, que se elaborará en los próximos meses y que deberá aprobarse, se plantea en un escenario de mantenimiento de bajos tipos de interés e incluso de una posible bajada a juicio del Banco Central Europeo (BCE), y coincide con el anuncio el pasado viernes del nombramiento de un nuevo consejero delegado, Ángel Rodríguez de Gracia, que releva en el cargo de forma efectiva a partir de agosto a Enrique Sánchez del Villar.

Objetivos

Las claves del plan, según estas fuentes, pasarán entre otros puntos por seguir trabajando en el impulso comercial de la entidad, aumentar los recursos recurrentes y los productos fuera de balance (como seguros o fondos), además de continuar con el descenso de activos no productivos (los créditos morosos y los activos inmobiliarios adjudicados) y avanzar en la transformación digital para permitir una eficiencia en la reducción de costes. «El plan van en la línea con lo que está haciendo el resto del sector y el objetivo es que la entidad tenga la misma carga en la mochila que las demás, para competir en igualdad de condiciones. La idea es diversificar ingresos y reducir costes», señalaron.

Las fuentes, además, precisaron que el alto nivel de capitalización de la entidad y de solvencia es una palanca favorable para todos los objetivos y que este año y el próximo vencen pasivos caros remunerados con altos tipos de interés como algunos depósitos de España Duero.

Las previsiones de Unicaja Banco, junto a la salida pactada del millar de trabajadores, pasan también por la clausura de un máximo de 240 oficinas en tres años, en lo que se considera un proceso de racionalización y reorganización de la red.

La entidad ya dijo el pasado vienes, cuando anunció el nombramiento del nuevo consejero delegado, que afronta una nueva etapa de reforzamiento de su plan estratégico centrada en «la capacidad de generación de resultados, la dinamización de la actividad comercial, el mantenimiento de los elevados niveles de solvencia y la holgada posición de liquidez, así como en la reducción de los activos no productivos».