El tirón comercial de la capital de la Costa del Sol está fuera de toda duda. La ciudad es capaz de captar ya operaciones que, en otros tiempos, sólo eran exclusivas de mercados más maduros e institucionales como Madrid o Barcelona. Así, en el último año se habrían cerrado en el Centro Histórico y su área de influencia hasta dos operaciones de más de diez millones de euros. Se trata de adquisiciones de fondos de inversión que compran inmuebles enteros y destinan los locales de las primeras plantas a grandes marcas comerciales, dedicando el resto del edificio a oficinas o apartamentos turísticos. Eso, al menos, explica Javier Pérez-Peña Garrido, director para Andalucía de la consultora Savills Aguirre Newman, firma que ayer hizo público su tradicional informe Visión Málaga sobre el mercado inmobiliario y todos sus sectores.

«En el último año se han cerrado dos operaciones en el centro por más de 10 millones de euros, los fondos buscan locales comerciales. En el 100% de los casos, el inquilino ya está dentro pagando la renta», explica, para indicar luego que en las primeras plantas operan grandes marcas comerciales de referencia y pone como ejemplo la adquisición de la Mutualidad de la Abogacía del edificio de la Alameda que aloja el Banco Santander. Estas primeras marcas son entidades financieras o textiles, entre otras muchas. «Muchas compras de edificios ya incluyen locales comerciales y en la parte superior suelen poner oficinas o apartamentos turísticos, de forma que abajo está esa marca de referencia».

Pérez-Peña asegura que Málaga tiene un gran tirón entre las marcas comerciales y pone como ejemplo el alquiler de un local en el casco antiguo por 27.000 euros al mes.

En su opinión, la Alameda Principal, una vez concluyan su semipeatonalización y la obra del metro, se convertirá en una especie de «Paseo de Gracia» (calle de Barcelona) por su riqueza comercial y acogerá a muchas primeras marcas. Ahora mismo, los comercios pueden estar pagando de media unos 25 o 30 euros por metro cuadrado al mes en esa vía, de forma que un local medio de 100 metros cuadrados estaría en torno a un alquiler de 2.500 euros cada mes. Una vez que el gran bulevar de Málaga esté concluido, las rentabilidades podrían dispararse hasta los 50 euros por metro cuadrado al mes, por lo que un local de 100 pagaría unos 5.000 euros al mes de arrendamiento.

En el informe, se destaca que Málaga continúa siendo una de las ciudades con mayor atractivo de España y que la urbe ha vivido una transformación constante de su oferta comercial, que ha liderado el centro, donde se concentran los principales operadores internacionales y nacionales. Los precios del alquiler de locales comerciales, de hecho, se han incrementado un 11% de media interanual. «Las rentas medias han crecido principalmente en la zona prime de la ciudad (14%), hasta alcanzar los 240 euros por metro cuadrado al mes en Marqués de Larios para locales de hasta 150 metros cuadrados, mientras que los demás ejes comerciales apenas registraron cambios», consta en el informe.

«Las marcas pagan por estar en Málaga, aunque algunos locales, los que tienen más de 500 o 600 metros cuadrados, empiezan a sufrir un poco», subraya, para indicar luego que esos crecimientos del 11% interanual en los últimos años no son sanos. Ello implicará que esas marcas busquen otras calles céntricas pero con alquileres algo menores como Andrés Pérez, Granada o la Alameda, al igual que se consolidarán el Soho y su área de expansión. En cuanto a las inversiones en el sector comercial ('retail'), es la ciudad más atractiva de Andalucía, «siendo foco de atención de fondos institucionales, family office o Socimi's que tradicionalmente han estado centrados en otros mercados. Dentro de la ciudad, es su Centro Histórico la zona más dinámica y donde se concentran el mayor número de operaciones y las rentabilidades más ajustadas, que se sitúan en el 4% o 4,5%. Málaga, a nivel de inversión, ha conseguido incluso levantar su atractivo en operaciones con volúmenes superiores a los 10 millones de euros, tradicionalmente exclusivas de mercados más institucionales como Madrid y Barcelona», señala la consultora.

Quedan deberes por hacer, porque muchos inversores preguntan qué pasa con el Guadalmedina y el edificio de Correos, que se convertirá, posiblemente, en un hotel, sobre todo porque los inversores turísticos pagan más que los que se dedican, por ejemplo, a oficinas.