Descubrir cada rincón del centro de Málaga es una tarea fácil no solo para los malagueños, sino para todos los visitantes que cada año eligen la ciudad como destino para sus vacaciones. En verano o en invierno, las calles céntricas muestran la historia de la ciudad: monumentos, tiendas históricas, museos y, además, un toque musical que pone la banda sonora a los recuerdos.

En cada esquina de Málaga, un músico está dispuesto a compartir su voz, su sonido y las emociones que desprende con cada acorde con todo aquel que pase por las calles de la ciudad. Mayores, jóvenes, solos o en grupo, con diferentes instrumentos o simplemente con un micrófono, hay todo un abanico de músicos en las calles.

Durante el recorrido, son muchos los sonidos diferentes que acompañan a las conversaciones. El profesor Germán González tiene claro que, para tocar en la calle y tener éxito, hay que optar por piezas fáciles y que llamen la atención porque «si haces algo difícil, no vende».

En el caso de los artistas malagueños, todos tienen una cosa en común: disfrutan de lo que hacen. «Se encuentran a gusto con la situación» y además les gusta compartirlo «incluso por encima de la compensación económica», o eso es lo que percibe el musicólogo. Un claro ejemplo de ello son Mijail y Codruza, a quienes observa «cierta soltura» o Joe, quien transmite su disfrute por lo que hace.

Otra de las características de los músicos es que la mayoría realiza las actuaciones en directo, simplemente con un amplificador o algún acompañamiento grabado que da un toque diferente, como es el caso de Gerzon, el acompañamiento de piano es necesario, puesto que el violonchelo «tiene un registro muy grace y no resulta muy completo tocarlo solo», Dany o Sergio, que tienen un fondo instrumental o Francis, que compagina su voz con una pista de melodía y grabada previamente.

Ya sea con canciones originales o con versiones de grandes hits musicales, los artistas demuestran tener talento ante el público. En el caso de la banda, Germán aprecia la originalidad de la pieza así como los instrumentos que tocan -cajón flamenco, djembé y guitarra eléctrica- o en el caso de Francis, quien, a pesar de tener una pista grabada sobre la que él solo tiene que cantar, reconoce la buena voz del artista. El caso de Jason, uno de los elementos que lo caracteriza es «su voz rota, que le permite cantar a la perfección ese tipo de canciones».

Alaba también la técnica que muestran los músicos a la hora de tocar los instrumentos. Es el caso de Codruza y Mijail, de quienes aprecia un nivel de profesionalidad o Gerzon, a quien le reconoce «un conocimiento técnico de música por la dificultad de instrumento».

El profesor se sorprende también de la elección por parte del grupo de mezclar instrumentos diferentes y que el ritmo de sus canciones pese sobre el cajón flamenco y el djembé. «Son instrumentos diferentes pero con la moda de la fusión se tiende a fomentar la originalidad por encima del estilo».

Cómo percibimos la música

Hoy en día no es necesario contar con grandes estudios musicales, según Germán, para dedicarte al mundo del espectáculo. «Si te aprendes algunos acordes y tienes una buena infraestructura puedes hacer música», A pesar de ello, las personas que deciden tocar en los rincones malagueños pueden presumir de técnica y soltura.

A lo largo de su carrera como músico, Germán González ha comprobado como las personas aprecian más una interpretación de «Paquito el chocolatero», que una pieza de Mozart o Beethoven. «Hay una cosa que es el conservatorio y otra que es la gente».

Esto se debe a que la música tiene una serie de «códigos» que si los reconoces te gustan. Recomienda a los músicos no centrarse en lo difícil y estar cómodos y disfrutar con lo que interpretan.

Gerzon Rivera

Lleva más de tres años en Europa y, concretamente, uno en España. El objetivo de Gerzon Rivera es recorrer el continente mostrando su música en los diferentes países. Toca el violonchelo desde hace 10 años. Solo necesita su instrumento y sus ganas para salir a mostrarse al mundo y compartir sus dotes musicales con todo aquel que tenga un minuto para escuchar. El profesor González lo puntúa: «Se aprecia un conocimiento técnico de música por la dificultad del violonchelo, que es un instrumento de conservatorio para el cual hace falta una instrucción de técnica del arco y la digitación».

Mijail y Codruza

Mijail y Codruza abandonaron su Rumanía natal hace dos años para buscar una nueva vida en España. Tienen una trayectoria de más de diez años tocando no solo en las calles, sino en la radio y televisión y en espectáculos y conciertos. Buscan convertir la música en su forma de vida, que es lo que realmente les apasiona y ser independientes del resto del mundo. «Tanto la flauta como la guitarra tienen un nivel de profesionalidad, se les oye con mucha soltura y sin demostrar problemas técnicos. Se trata de una interpretación real, no hay nada grabado», dice nuestro profesor.

Dany y Sergio

Solo una guitarra, un cajón flamenco y un djembé les hace falta a Dany y Sergio para salir a la calle y tocar, que es de lo que mejor se les da. Rodeados de decenas de curiosos, muestran al mundo sus canciones y buscan difundir su música a través de la venta de su disco. Siempre con la sonrisa y la música por delante buscan, además, la complicidad del público durante sus actuaciones. Para el profesor González «tienen un aire como de improvisación siguiendo un esquema establecido. Me llama la atención que el ritmo lo lleve un cajón flamenco y un djembé cada uno tocado con una mano».

Joe

Él, un espacio donde tocar, su guitarra y su voz. Estos cuatro elementos es lo único que necesita Joe para salir a la calle a tocar y disfrutar de la música. No le hacen falta grandes estadios, porque la calle abarca mucho más. Siempre con una sonrisa y mucho talento que compartir. Tras pasar unos años fuera de España y de su Cataluña natal, llega a Málaga a conquistar todas las terrazas. « Se nota en la forma de tocar que disfruta de lo que hace. Es un perfil amateur, pero eso no impide que tenga cierta técnica y que lo haga bien», sentencia el profesor.

Francis

Siempre en el mismo sitio pero nunca a la misma hora. Su voz es el único instrumento que necesita para comunicarse con el resto del mundo. Con la melodía ya preparada, Francis pone la voz esos grandes himnos anglosajones del siglo pasado contribuyendo a crear para los viajeros y malagueños en los alrededores del Muelle 1 una atmósfera de música y talento del que muchos se hacen eco y no dudan en pararse a escuchar. El profesor lo examina: « Canta bien, pero no tiene por qué tener ninguna noción de música. Si la tiene o no es irrelevante en lo que está haciendo».