Las playas son una de las protagonistas indiscutibles del verano en la provincia. No se concibe la Costa del Sol sin ellas y por eso, para conservar el encanto del litoral es necesario cuidar y proteger este espacio.

Para conseguir este objetivo se ha puesto en marcha la Agrupación de Chiringuitos de Málaga junto con la Asociación de Empresas de Playas de Málaga, que han lanzado una campaña de concienciación en la que la sostenibilidad y el cuidado de las playas son las protagonistas.

Se trata del nuevo compromiso de este 2019, iniciado el pasado mes de junio bajo el lema «Nuestra playa, nuestra casa», un movimiento con el que cada año se comprometen a llevar a cabo una acción que contribuya a cuidar la costa. Para ello, la agrupación ha creado un sello de Responsabilidad Social Corporativa que permite adoptar a los chiringuitos que componen esta organización, un distintivo de calidad y compromiso.

Este año animan a participar para ayudar a evitar el uso del plástico en las playas, ya que se trata de uno de los productos más contaminantes y dañinos con el medio ambiente y frente a los que ya se han implantado medidas como por ejemplo, el acuerdo puesto en marcha por la Unión Europea, por el que se prohíbe el uso de los plásticos de un solo uso para 2021.

En concreto, para entonces se prohibirán los siguientes productos de plástico: tenedores, cuchillos, cucharas, palillos, platos, pajitas, bastoncillos, palos para globos, así como envases de plástico oxodegradables y vasos de polestireno expandido. En definitiva, la mayoría de estos utensilios son los usados con más frecuencia cuando se trata de pasar un día de playa.

La prohibición se convierte en una acción esencial para la Naturaleza, el reflejo de una sociedad cada día más concienciada con el problema ambiental y a la que la agrupación quiere hacer partícipe de su campaña con el compromiso #PlásticoZero.

Plástico Zero

Este nuevo movimiento puesto en marcha este año se centra sobre todo en el uso de las pajitas, ese objeto indispensable que no falta en ningún refresco, cóctel o bebida veraniega.

A pesar del gran número de ocasiones en las que se usan, la realidad es que las pajitas son el utensilio plástico más prescindible e innecesario y suponen ya el 6% de la contaminación por plástico en el Mediterráneo.

Frente a esto, España es el país europeo que más cañitas usa, en concreto 13 millones al día.

Las pajitas se consumen en unos minutos pero tardan más de 500 años en biodegradarse. En este proceso se transforman en microplásticos que dañan a millones de especies.

Miles de animales los ingieren y acaban muriendo o incorporándolos a la cadena alimentaria entre ellos, por lo que finalmente llegan los platos de todos los que los consuman. Aves, focas, ballenas o tortugas son algunos de animales marinos que no se libran de este producto.

Aquí es donde los chiringuitos quieren poner el contador a «zero», dar un paso al frente y adquirir el compromiso de sustituir las pajitas de plásticos por otras fabricadas por materiales reutilizables.

La medida conseguirá que la agrupación sea una pieza clave en la defensa por la conservación de las playas del litoral de Málaga.

Manuel Villafaina, presidente de la Asociación de Empresarios de playa de la provincia hace especial hincapié en que «es necesario concienciarse sobre lo que supone el plástico en nuestras vidas, y ahora en esta época del año debemos concienciar por todos los medios a las personas que asisten a nuestra playas que la limpieza forma parte esencial, no sólo por nuestro propio disfrute sino por contribuir y mantener el entorno tan maravilloso que nos rodea».

A la campaña ya se han unido cerca de 150 chiringuitos malagueños, que divulgarán la intención de esta nueva acción a los clientes que pasen por los establecimientos.

Los merenderos estarán identificados por el cartel de la campaña y contarán con el sello de Responsabilidad Social Corporativa, además de sumarse a esa actitud #PlásticoZero respecto al uso de pajitas de plástico.

«Los propios chiringuitos en sus zonas de hamacas se encargarán de difundir esta guía de buenas prácticas, disponible tanto en castellano como en inglés», asegura Manuel Villafaina.