El profesor Juan de Vicente Abad lleva 25 años dedicado a la enseñanza en Secundaria. Comprometido con la enseñanza en valores, Abad es especialista en resolución de conflictos. Su centro ha sido uno de los precursores del Aprendizaje Servicio, un proyecto que busca educar mediante el servicio a la ciudadanía y el compromiso social. Este tipo de aprendizaje se ha convertido en un referente para los centros educativos del país. Abad es, además, autor del libro 7 ideas claves: Escuelas sostenibles en convivencia.

¿Cuánto tiempo lleva educando a sus alumnos, no solo a nivel formal, sino en valores?

Llevo involucrado en la enseñanza de valores toda mi vida profesional. Empecé hace unos 25 años a trabajar en la educación formal, en Secundaria. Soy orientador y lo que hago tiene mucho que ver con los valores y con la capacidad para trabajar en equipo y resolver problemas. Trabajo, además, temas de interculturalidad y convivencia.

¿Considera que el sistema educativo alcanza los niveles de compromiso necesarios con este tipo de educación?

El sistema educativo debe estar comprometido en la enseñanza de valores. El problema es que nuestro sistema educativo está cargado de mucho tipo de contenido, por lo que hay una gran exigencia social y legislativa para que se aborden muchos tipos de contenidos. A veces son inabarcables y no es realista. Por eso a veces se deja de lado este tipo de enseñanza. La escuela debe conectar con la vida cotidiana y con las cosas importantes para ayudar a los niños a crecer moral y éticamente.

¿Están los profesores desamparados en este sentido?

Yo considero que sí. No podemos depositar toda la responsabilidad sobre el profesorado porque ya tenemos muchísima. A veces hay demasiadas exigencias sobre el profesorado. Necesitamos más acompañamiento. La educación no está suficientemente acondicionada para que se pueda trabajar correctamente.

Y los centros educativos, ¿están suficientemente sensibilizados en la enseñanza de valores?

Hay muchísima gente y mucha sensibilidad. Los departamentos de orientación otorgan mucha sensibilidad sobre la atención a la diversidad, sobre gente que tiene necesidades diferentes. Yo en la escuela pública, que es mi terreno, sí que veo esa sensibilidad. Es verdad que podría haber más esfuerzo pero la veo.

Es uno de los precursores que ha incorporado el Aprendizaje Servicio a su centro, ¿en qué consiste?

El Aprendizaje Servicio consiste en vincular lo que se aprende en las escuelas con la atención a una necesidad social que haya en el entorno. Y unirlo en un único proyecto donde los niños aprenden para atender una necesidad social. El Aprendizaje Servicio le aporta sentido a aprender. Trabajar en un proyecto así es reflexionar sobre cómo funciona el mundo, buscar soluciones y sentirse parte de las soluciones. Eso es algo especialmente motivador.

Está realmente involucrado con la inclusión, ¿considera que las escuelas alcanzan el mismo compromiso?

Se necesita mucho recorrido en inclusión. Hay que centrar el aprendizaje en la excelencia porque necesitamos que todos los niños puedan aprender el máximo posible, pero también en la equidad. Como la idea de que los puntos de partida diferenciales entre las personas no sean un obstáculo para que puedan seguir avanzando. Si tú tienes cualquier necesidad educativa especial, que eso no sea un obstáculo para aprender. Nos falta muchísimo recorrido, tenemos mucho que avanzar en este campo.

Cuando se habla de la resolución de conflictos se tiende a pensar en situaciones de acoso escolar, ¿qué otros conflictos se tratan?

El bullying es lo más difundido a través de los medios de comunicación, pero no es el principal problema de las escuelas. Son situaciones con un gran impacto porque puede llevar a una situación de suicidio pero no es el día a día. Trabajamos con seis indicadores de acoso: violencia física directa, violencia física indirecta, amenazas, violencia verbal, exclusión y agresión sexual.

¿Considera que asignaturas en las que se traten este tipo de conflictos deberían impartirse en las escuelas?

Es interesante que la resolución de conflictos y los problemas reales de la vida estén en la agenda de las escuelas. Pero me reitero, no toda la responsabilidad es del profesorado. El sistema educativo debe dotarse de los recursos legislativos, formativos y de acompañamiento que necesita el profesorado para desarrollar esta tarea.