El pasado lunes 15 de julio, el consistorio malagueño dio un paso más en la declaración de las Zonas Acústicamente Saturadas de la ciudad aprobando, con el apoyo de todos los grupos políticos, la moción presentada por Adelante Málaga en la que se exigía la «aprobación definitiva del plan». Gracias a ella, el equipo de gobierno se ha comprometido a ponerlo en marcha en tres meses. Se trata de un plan presentado en noviembre de 2018 que contempla una serie de medidas que se aplicarían a 98 calles del centro histórico y cinco de Teatinos y el cual, tiene como objetivo específico conseguir la progresiva reducción de los niveles sonoros exteriores existentes en tales vías.

Un escrito que lleva cerca de un año sufriendo continuos retrasos en su activación, tiempo de espera al que se le suma el hecho de que el proceso de declaración del ZAS se inició hace ya unos tres años y desde entonces, han tenido lugar numerosas monitorizaciones del ruido e informes técnicos que confirmaban que decenas de vías superaban el límite de decibelios permitido en horario tanto diurno como nocturno, margen que se sitúa entre los 55dBA y los 65dBA. Tramo que en estas calles es superado con creces, llegando a alcanzar en algunas horas de la noche los 86 decibelios.

Dentro del consistorio malagueño han sido muchas y variadas las posturas respecto al documento, renglones que han sufrido demoras en sus avances, ligados a los numerosos desacuerdos en las medidas correspondientes. Un retraso según ha confirmado Gema del Corral, la nueva edil de Sostenibilidad Medioambiental del Ayuntamiento de Málaga, «ha sido consecuencia de los estudios que se han tenido que realizar sobre el estado acústico de cada una de las zonas así como de las diferentes alegaciones presentadas en todo este periodo». En la comisión que tuvo lugar el 15 de julio, del Corral confirmó que se trataba de «un problema complejo que tienen muchas ciudades del mundo y que se compone de muchos factores, además de trascender en la normativa».

Por parte de grupo socialista, exigen el cumplimiento de las ordenanzas municipales y piden que se lleve al pleno la aprobación del documento, pero tal y como dijo su viceportavoz, Begoña Medina, en la última comisión medioambiental, «el plan no les convence» y el equipo de gobierno «debe ser más ambicioso». Para Adelante Málaga, los autores de la moción, piden que «de manera inmediata se terminen de resolver las alegaciones presentadas en su momento» por las diferentes partes afectadas, se finalice el expediente de declaración del ZAS y se proceda a la aprobación definitiva en el pleno.

Vecinos vs. hosteleros

La puesta en marcha de este plan no sólo pasa por las manos del equipo de gobierno, sino que indudablemente las medidas contempladas en él afectan claramente a dos diferenciadas partes: los vecinos de las zonas acústicamente saturadas y los hosteleros que cuentan con algún establecimiento en ellas.

Por parte de los residentes, la desconfianza está latente. Así lo asegura Virginia Martín, presidenta de la asociación El Romeral contra el ruido, para quien «hasta que no lo vea aplicado, no me fío de que vaya a ser así». Desde esta agrupación, ponen sobre la mesa el punto incluido en el plan sobre la limitación horaria de terrazas como «la medida esencial» sobre la que se debe actuar primero. Junto a ella, sitúan la necesidad de establecer una rotación policial que permita controlar el tráfico por vías como la avenida de Plutarco, en la que «los cruces, las intersecciones y la doble fila hacen insufrible el paso por ella de todos los que residimos en esa zona».

«Presentamos alegaciones respecto al tiempo que se redujo el horario de las terrazas, ya que nos pareció escaso. En un principio, no se establece limitación horaria para periodos vacacionales como Navidad, Carnaval o Semana Santa ni hasta un límite de 70 días al año y esto debería ser revisado», afirma Martín, a la espera de comprobar la resolución de sus alegatos respecto al plan.

Con la misma cautela actúan desde la Asociación de Vecinos del Centro Antiguo de Málaga, quienes en palabras de seu vicepresidente, Alejandro Villén, confirman que tienen «bastante miedo de que vuelvan a salir escusas y que pase el tiempo y todo el plan zonal y la vigencia de los mapas de ruido se cumplan». El no actuar antes de 2020, año en el que estos informes dejarían de tener validez, obligaría a volver al punto de partida y reiniciar todo el proceso realizado hasta ahora. «Estamos hablando de que para conseguir esas mediciones y planes zonales todo este proceso se inició en 2007. Hemos sufrido cambios de concejales que nos han dado su palabra respecto al problema que para nosotros supone el ruido. Y aquí seguimos en las mismas y es desesperante», explica Villén.

Por parte de los hosteleros, la Asociación de Hosteleros de Málaga (MAHOS), el mayor representante de este colectivo en la ciudad, defienden que se trata de «un parche que se pretende implantar sin tener en cuenta a todos los implicados. Además, consideramos que es una acción injusta que centra la responsabilidad en la hostelería, como único culpable». MAHOS también presentó su informe de alegaciones hacia el ZAS y en él, entre otros aspectos, concluían que el plan «es inviable, una resolución injusta e indebida». También reclaman que se lleve a cabo una zonificación, «de esta forma se podrá actuar en un sitio concreto y buscar soluciones efectivas y adaptadas». Tras la pasada comisión, este colectivo sigue a la espera de una contestación por parte del consistorio. «Seguimos exactamente igual que hace unos meses. Seguimos pensando que tenemos razón respecto a los puntos presentados y que no se trata de una pataleta por parte del sector. El daño que puede suponer declarar el ZAS, será bastante perjudicial para el desarollo de la ciudad y su turismo», explica Javier Frutos, presidente de MAHOS.

Medidas

Una de las principales medidas por las que se apuesta en el ZAS y que serán aplicadas en todas las sub-zonas propuestas (distrito Centro y Teatinos) es establecer la suspensión de la apertura de nuevas actividades o la ampliación de las existentes a todas aquellas recogidas en el Catálogo de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos publicado en el Decreto 155/2018 de la Junta de Andalucía. Su objetivo es «no crear más focos de ruido en las zonas acústicas especiales». A esta medida le acompaña el polémico recorte de horario en el funcionamiento de los negocios hosteleros situados en estas zonas. Respecto a esto, a partir de las 00:00 horas, los establecimientos con música ambiente y similares funcionarán con las puertas y ventanas cerradas, con el fin de «evitar la emisión de ruidos del propio local al exterior». Las terrazas y veladores también sufrirían restricciones, concretamente de domingo a jueves en otoño e invierno, se retirarán a la una de la madrugada: en primavera y verano también esos mismos días a la semana, se pueden recoger a las dos; y además, los viernes y sábado de todo el año también a las dos de la madrugada.

Otro de los puntos incluidos en el plan es que las salas de fiestas y discotecas sólo se podrán instalar en edificios no residenciales y áreas no residenciales como establece la normativa PGOU. Estas medidas van de la mano de un amento de la vigilancia y control del cumplimiento de la normativa, la creación de un órgano transversal de gestión del ruido y una mesa de trabajo. La recogida de residuos, el reparto de mercancías o la limpieza también deberán valorar medidas para no molestar a los vecinos.

Más de 100 calles se someterán a las medidas del nuevo plan

Céntricas calles como Santa Lucia, Strachan, Capitán, Álamos, Beatas, Granada, Granados, Calderería, José Denís Belgrano, Juan de Padilla, Madre de Dios, Luis de Velázquez Molina Larios, las plazas del Siglo, Uncibay, Mitjana, de la Merced, Marqués del Vado del Maestre, Jerónimo Cuervo,calle Andrómeda o Avenida Plutarco forman parte del grupo de más de cien calles que serán declaradas como Zonas Acústicamente Saturadas, espacios en los que se pondrán en marcha las nuevas medidas que contempla el plan, en el caso de que llegue a ser aprobado.

Concretamente, estas vías son las más afectadas por el ruido y en ellas, las cifras obtenidas tras las mediciones registradas y sus mapeos correspondientes, confirman la frecuencia con la que se superan los límites establecidos por los Objetivos de Calidad Acústica para las áreas del territorio de uso predominante residencial, el cual está establecido en 55 decibelios. Es habitual que en estas vías se lleguen a superar los treinta puntos, alcanzando en muchas de ellas los 85 dBA. Unas medidas mucho más elevadas que las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, quien fija los límites de ruido saludable en los 53 dBA.