Desde muy pequeños han amado el mar. A lo largo de toda su vida han salido incontables veces a hacer vela, a bucear y a disfrutar del elemento más cuantioso de la Tierra y que baña las costas. Sin embargo, ni el cabeceo suave de sus embarcaciones, ni la brisa marítima, ni el paisaje pueden obviar lo que, a día de hoy, se ha convertido en el verdugo del medio marino: el plástico.

Por ello, Carlos Babot, Manuel Palacín y Lucía Rodríguez, de entre 21 y 22 años, cansados de recoger basura en cada entrenamiento y en cada salida al mar, han decidido hacer algo más para luchar contra la plastificación del fondo marino, no solo en cuanto a su limpieza a una mayor escala, sino en cuanto a concienciación.

Así, estos tres jóvenes universitarios se han convertido en socios fundadores de Hagamos Futuro, una asociación sin ánimo de lucro que tiene como objetivo principal velar por la salud del mar y preservar su ecosistema.

La idea

Carlos y Manuel hacen vela desde los ocho años en el Club Mediterráneo, Lucía suele acompañarlos. Los entrenamientos empiezan bien temprano y se prolonga hasta las últimas horas de la tarde.

Durante toda la jornada, según cuentan, el ritmo que este deporte va marcando se ve interrumpido por un espectáculo descorazonador: residuos, envases, basura... flotando en la superficie.

«Cada vez que salimos hay prácticamente una botella que recogemos, una bolsa de patatas, de pipas...siempre hay algo», relata Carlos Babot, estudiante de Derecho. «Además, solo se ve lo que flota, lo que está en mitad no se ve. Las cosas se van hundiendo...Yo también hago buceo con botella y veo todos los niveles del mar. Se lo trae todo las corrientes y hay de todo», añade Manuel Palacín, que ahora mismo cursa un doble grado de Administración y Dirección de Empresas y Derecho.

El hartazgo por esta situación derivó en un proyecto a largo plazo, la construcción de Hagamos Futuro, una Organización No Gubernamental constituida desde el mes de abril, que va tanteando el terreno y dando sus primeros pasos. «Desde chiquita siempre tuve interés, buscaba información en internet, la imprimía y la colgaba por mi casa para concienciar a todos», confiesa Lucía Rodríguez, fotógrafa, estudiante de Diseño Gráfico, la creadora de la imagen de la asociación y encargada las redes sociales. Sobre el reciclaje, Lucía siempre lo ha tenido claro: «Es un camino de ida. Una vez que empiezas a reciclar y empiezas a ver todo lo que se junta, es como que ya no se puede dejar».

Primera recogida

A principios de mes, Hagamos Futuro se lanzó a su primera actividad para luchar contra la lacra del plástico e inculcar buenas prácticas a la ciudadanía.

La iniciativa consistió en una jornada de limpieza y recogida de residuos en la playa de El Candado, a la que asistió una treintena de niños de entre los 7 y los 12 años junto a sus monitores del Club Mediterráneo, además de 15 personas que se apuntaron a la actividad a través de sus redes.

Se recogieron unas diez bolsas de basura de gran tamaño divididas en desperdicios y material reciclable, además de objetos variopintos como un carrito de supermercado, un hinchable o una barbacoa, todos ellos abandonados. Sin embargo, el elemento más preocupante por ser altamente contaminante fueron las colillas, con las que llenaron una bolsa entera.

Para el desarrollo de este proyecto, los tres jóvenes buscaron patrocinio y apoyo por diferentes negocios de la ciudad, que les brindaron guantes, bolsas de basura, bebidas, dulces... «Nuestra idea es seguir haciendo proyectos pequeños e ir ganando experiencia», afirma Manuel.

Por ahora, Hagamos Futuro cuenta ya con el apoyo de entidades como Madre Coraje, Pozos sin Fronteras o la Fundación Harena, con las que esperan crear futuras sinergias y sobre todo, aprender.

La próxima actividad de la asociación, aún por definir, se proyecta para el mes de septiembre. Lo que sí queda claro es que su misión será siempre cuidar del mar.