La presencia de este patinete en un contenedor de la basura, en la calle Victoria, puede deberse a los motivos más dispares. Quién sabe si una avería no lo mandó antes de tiempo a la jubilación, pero también puede ser la gamberrada de algún usuario o incluso una suerte de justicia callejera ejecutada por un peatón harto de driblar patinetes, ya sea porque van a toda leche o porque se topa con ellos tirados en la acera. Sólo él lo sabe.